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Por Ulises Toirac ()
La Habana.- He visto con asombro el impacto causado por la Mesa Redonda dedicada al «reparterismo». Y sospecho entró a la palestra por el gusto de cierta persona muy influyente que ha confesado gustarle.
No le hallo otra explicación a que un medio que ha evitado con éxito durante tantos años dedicarle una mirada a las expresiones urbanas, lo haga ahora.
Estuve leyendo un análisis de la destacadisima investigadora Rosa Marquetti con el cual coincido plenamente.
Las expresiones artísticas, en tanto procesamiento subjetivo de la realidad, son un reflejo de esta. Rosa no lo dice, lo digo yo: el marxismo (hoy obsoleto en varios puntos) sentencia que el ser social determina la conciencia social.
O lo que es lo mismo: no surge nada en arte absolutamente divorciado de la realidad que lo engendra.
El éxito del artista viene dado por sintetizar con meridiana claridad eso y, por supuesto, su éxito comercial (que es algo distinto) consiste en que el público sienta que eso es expresión de sí mismos.
Confieso no haber visto la Mesa Redonda. No creo que la televisión cubana se aparte un milímetro de su línea editorial ni en esto.
Pero sé que no se mencionó que la agresividad verbal y rítmica, el lenguaje extraverbal que se observa en los videos en los que se promueven determinados valores y maneras de mirar la vida y todo el conjunto de elementos que componen este movimiento artístico (incluyendo tiraderas verbales y de armas de fuego), son reflejo de una sociedad.
De unos valores en esa sociedad. Nada más. Y nada menos. El virtuosismo de quienes lo cultivan está (y es innegable, lo tienen) en hacer lo deseado por el público.
John Lennon igualmente desarrolló una obra y tuvo una vida que resultó de su circunstancia individual histórico concreta (¡y dale con la filosofía!).
Si el reparterismo tiene características que lo identifican en cuanto a nivel cultural, filosofía de vida y demás… la causa no está en los reparteros, está en la realidad que procesan.
El éxito del consumo del reparterismo no es más que la demostración palpable en términos estadísticos de lo acertados que están como artistas.
¿Así o más claro?