
EL NÚMERO MALDITO
Por Tania Tasé ()
Berlín.- Hace una semana que este número me da vueltas en la cabeza. Sé que lo he visto/ oído antes. Trato de hacer memoria, pero se me escapa. Decido no pensar más porque hay mucho que hacer.
Muchas almas que apuntalar, mucha esperanza que sostener, mucho dolor que acompañar, mucha convicción que respaldar. Muchos más que 553.
Y ahí está otra vez ese número maldito, que como una mosca de verano se me posa en todas partes y no me deja en paz: Tania, haz memoria, es importante, tiene que serlo para que te intranquilice tanto.
Ya casi renuncio porque la memoria escurridiza a veces me juega muy sucio, a veces huyen los recuerdos como traidores que abandonan y te dejan sola en la lucha.
Y resulta que durante una conversación que aparentemente no tiene que ver con el tema, aparecen el recuerdo y esa cifra con toda nitidez.
Les cuento.

Sin embargo y aunque el interés de la visita estaba centrado en la euforia por las mypimes, supe que familiares de algunos presos políticos habían sido invitados a la sede de la Unión Europea en Cuba. Desde tiempo antes ya yo (y muchísimos otros hermanos), trataba de acompañar como podía, y no como quería, a algunos de ellos en su batalla por la libertad de sus hijos, hermanos, padres , etc.
Estos familiares invitados, siempre han estado y están, acosados por la inSeguridad del Estado, así que decidimos estar en contacto permanente. A algunos les aconsejé que durmieran fuera de sus casas la noche anterior de la cita y otras cosas para librarse del acoso y pudieran llegar a la reunión.
Ellos tuvieron todo el tiempo vigilancia y seguimiento (tengo fotos de eso), pero no se atrevieron a impedir el encuentro.

Durante ese encuentro los funcionarios europeos les hablaron que tenían 553 presos políticos en sus listas.
Los familiares se asombraron y protestaron, y les dijeron firmemente, no son 500, son muchos, muchísimos más.
Estas personas defendieron el derecho de los demás presos del régimen, no solo el de «su» preso. Ellos abogaron por #Todos . Y lo siguen haciendo hasta hoy.
Este pastel no lo ha cocinado solamente Biden, ni el Vaticano, ni Canel, aquí hay mucha más caquita que no se ha mencionado.
¡Jubileo, ni jubileo!
¡Trump, ni Trump!
La libertad de todos los presos políticos es una lucha que tenemos que hacer los cubanos que sentimos que esos inocentes nunca debieron entrar a esas cárceles inmundas.
Y eso es algo que esos padres de familia que asistieron a esa reunión, lo comprendieron en el mismo minuto en que les arancaron a sus hijos de los brazos.
Razón suficiente para mí de estar contenta que me hagan el honor de permitirne acompañarlos hasta que no quede ni uno en prisión.
¡No son 553 los rostros de la vergüenza de un país! ¡Son muchos más!