Por Esteban Fernández Roig jr. ()
Miami.- Hubo una vez un dominicano que con una sola canción se ganó el corazón de los cubanos: Alberto Beltrán.
Un día grabó el merengue “El Negrito del Batey”, compuesto por Medardo Guzmán, que lo catapultó internacionalmente al constituirse en un éxito de ventas.
De allí provino el sobrenombre con el que se hizo popular. La cancioncita nos hizo sonreír, reír a carcajadas y, al mismo tiempo, bailar.
La pegajosa melodía logró, increíblemente, que nos cayera bien un vago consuetudinario.
En las radios en la televisión, en las vitrolas y en los tocadiscos de las casas todos escuchábamos a Alberto Beltrán entonando el “ Negrito del batey”. Vaya, a todos nos encantaba.
Sin embargo, “El Negrito…” no era su única canción. Recuerdo a “Todo me gusta de ti”, “Cuando vuelvas conmigo”, “Ignoro tú existencia” que hicieron las delicias de los enamorados, sin embargo, a la muchachada nos encantaba eso de “Para mí el trabajo es el enemigo”…
https://www.youtube.com/watch?v=v5J848a9laM
Alberto Amancio Beltrán nació en Palo Blanco, República Dominicana, el 5 de mayo de 1923, y allí -de niño- vendía caramelos en las calles y guaguas de su pueblo, sin dejar de cantar casi desde que nació.
En 1951 emigró a Puerto Rico, acto seguido viajó a Cuba y llegó a La Habana desde Santiago de Cuba, el 15 de julio de 1954.
El 16 de agosto de ése mismo año, se incorpora a la orquesta Sonora Matancera y debuta con la composición de Rafael Pablo de la Motta titulada “Ignoro tu existencia” y con el éxito “Aunque me cueste la vida”.
Pero, para mi gusto, fue desde que entonó el merengue “El negrito del batey”, que se convirtió en uno de mis preferidos y del 99 por ciento de mis compatriotas.
Falleció aquí en Miami el dos de febrero de 1997, EPD el talentoso “Negrito del Batey”.
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