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Por Javier Bobadilla ()

La Habana.- Según explica la tarja colocada en Cayo Hueso, Florida, la primera llamada telefónica internacional de la historia se realizó entre EEUU y Cuba. De Cayo Hueso a La Habana, el 25 de Diciembre de 1900. Pudieron haber llamado a México o Canadá. Era cosa de cruzar la raya con el teléfono en la mano, pero no. No eran países con glamour. Cuba sí.

Cuba cogió la llamada, y luego de un largo silencio, respondió: «No los entiendo», y colgó.

Este fue un antecedente de cosas por venir. Todo el mundo ha llamado, y Cuba nunca ha entendido. Y vean que en este caso, Cuba no somos ni tú ni yo. De ahora en delante, Cuba son Ellos. ¿No es lo que han deseado toda su vida?

No entendió la llamada de Obama, que básicamente les dijo que él sabía que eran una dictadura geriátrica, histérica y psiquiátrica, pero que normal, él estaba pa’ descargarle. Que en algún momento tendrían que transformarse, aunque fuera para guardar la forma, pero que era a su aire, y que contaran con él. Súmate, a mi actividad. Mírame, mirameeee…

Y claro que no lo entendieron. Porque transformarse, aunque sea en un futuro lejano, les da ansiedad. Cuando la meta es La Eternidad, media eternidad no les sirve, y no importa las vidas que cueste. Las vidas no valen nada comparadas con Su Eternidad.

Xi Jinping

Xi Jinping llamó después. Les dijo que les tenía unos negocios, pero que tenían que ser negocio para los dos. Que el iba alante con el money para que vieran que no había cráneo. Pero tenían que cambiar, porque el money era inversión, y él quería que virara. «El cambio, papi, es a tu aire, y cuenta conmigo pa’ lo que haga falta, pero acuérdate de que esto es un negocio», les dijo.

Tampoco entendieron la llamada de Xi Jinping. No como la de Obama, que era un enemigo de la Revolución y una patraña del Imperio, según las últimas palabras de El Último En Hablar Siempre. No la entendieron porque tenían que cambiar para que esa inversión diera negocio, y ese cambio es imposible. ¿Cómo que negocio? ¿Cómo que producir? ¿Cómo que mercado y privados? Cuando la meta es La Eternidad, ningún dinero vale apartarse del camino.

Ahora Putin

Putin llamó también. Parecía que esta llamada sí la iban a entender, porque no quedaba más nadie por llamar.

«¿Tú estás pa’ calentar la timba? Yo estoy pa’ meter mil pases y virar esto de cabeza, y me sirve lo mismo Ucrania que el que se me pare alante. No creo en nadie. Pero si vas a andar conmigo, tienes que ponerte duro. Tú con la caraza esa de zopenco, que te la han llenáo de déo una pila e’ veces y no te la respeta nadie, no puede ser. Tienes que cambiar. Normal, a tu aire. Sin presiones. Pero te voy a mandar un tipo que te va a decir hasta cómo te tienes que vestir. Te voy a mandar unos turistas también, pa’ que levantes presión y vayas haciendo alguito en lo que vas cambiando, y cuando yo te vea que estás ready, vamo’ a formar lo de nosotros.»

Y Cuba no entendió, como es lógico. ¿Cómo que cambiar? ¿Sonarle la cara a quién? ¿Ponerse duro? ¿Salir a luchar el baro? ¿¡Quejeso?! No entendieron a Putin, porque ya Rusia no es la misma de antes. Ahora todo cambió. A nadie le interesa mantener un mangansón con cara e’ cogegolpe. Putin se quiere abrir paso en el mundo de la única forma que sabe, metiendo el cuerpo durísimo.

Cuba -y recuerden cuando digo Cuba, a quién me estoy refiriendo- espera, en una pasividad total, por la llegada de La Eternidad. ¿Meter el cuerpo? ¿Salir pal bonche a calentar con los grandes? Cuba son 4 gordos con más medallas que cojones. Hazme el favor. El único enemigo real que ha tenido Cuba es el Pueblo de Cuba.

O a sus ojos ha sido siempre así.

La llamada del pueblo

Las llamadas más importantes que se le han hecho, siempre han sido de parte su Pueblo. Y esas tampoco las ha entendido. Ni siquiera lo intenta. Asumir que la voz al otro lado de la línea tiene algún tipo de razón es un atentado directo a La Eternidad.

El dólar enfila hacia los $400. El 360 de saldo ya cuesta $1200. Los ómnibus urbanos no existen. En Cayo Hueso -el de Centro Habana, no el de la Florida- la corriente no se va, sino viene. Las actrices de telenovela anuncian en Instagram restaurantes gourmet, panaderías orgánicas, hostales de lujo y combos de comida. A los universitarios los pasan por el filtro, buscando al enemigo interno.

Cuba -y sus ínfulas de Eternidad-, va a terminar en una llamada que no va a entender. Un día la van a llamar, pero va a ser para decirle que no vuelva a casa. Que esa ya no es su casa.

Y por supuesto, esa tampoco la va a entender.

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