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Por José Ángel García Veloso ()
Ciego de Ávila.- La existencia de un mercado de altos precios no es un problema, el problema es la inexistencia de un mercado accesible a las personas de ingresos bajos, que es una gran parte de la población, donde se encuentran la mayoría de los trabajadores del sector estatal y los jubilados.
A partir de los años 80, comenzaron a surgir, cada cierto tiempo, mercados liberados de precios diferenciados, así aparecieron las tiendas de la cadena Amistad y el llamado mercado paralelo de alimentos, existía también, el mercado libre campesino. Todos estos mercados «paralelos» se eliminaron por distintas razones, aunque la venta liberada a precios altos de productos agropecuarios nunca ha desaparecido.
Luego las TRD, más adelante los mercados paralelos en MN, mercados IDEAL, y los servicios gastronómicos y ofertas en doble moneda, los servicios gastronómicos privados, las tiendas y servicios en MLC, más recientemente el comercio privado (legal, porque el ilegal siempre ha existido) y últimamente las tiendas en USD.
En aquellos momentos anteriores, incluso, en la parte más cruda del llamado periodo especial, siempre existió una vía para adquirir productos a precios relativamente bajos, a lo que se sumaba el comercio de contrabando de productos extraídos de los almacenes estatales, el aceite, por ejemplo, que se robaban de las empresas estatales, se conseguía por debajo del precio de las tiendas en CUC, que jamás fue bajo, aunque ahora nos parece que sí por el aumento de los ingresos nominales, (des)gracias a la llamada «tarea ordenamiento».
Los intentos de regulación de precios tampoco han faltado, siempre han sido fallidos, incluso el de precios estatales, por ejemplo, la gasolina, porque nadie puede controlar que cuando un producto escasea, alguien esté dispuesto a pagar por él un precio que le permita vencer en la competencia con los demás consumidores que lo demandan.
Volviendo al problema, nunca existe en el comercio de mercancías un precio que nadie está dispuesto a pagar, por lo tanto, cuando existe un mercado de altos precios, en él se resuelven las demandas del segmento que puede pagar.
Nunca, aun cuando hay otras variables que resolver, la existencia de un mercado de precios altos será un problema, el problema mayor son los estantes vacíos, que haya oferta es la primera situación que se debe resolver.
No hay mayor absurdo que combatir la inflación eliminando ofertas y oferentes, incluso, mirado desde el punto de vista fiscal.
Es imposible para el sector privado, sostener las ofertas como lo ha hecho hasta hoy, incluso, las últimas reformas, apuntan a la liquidación de la mayoría de los negocios privados, porque establecen límites superiores a los que se establecieron desde 1990 a 2012. Sobre eso escribiré en otro momento.