Por Arturo Mesa ()
Atlanta.- Granma ha publicado uno de los textos más tontos de su historia reciente y eso es decir mucho. El autor, intenta justificar la debacle del medallero cubano con justificaciones clásicas como el bloqueo, la falta de financiamiento y las medidas de Trump. Parece que a él se lo olvidó que hubo un George W. Bush con un plan impreso y promovido para una Cuba postrevolucionaria, que hubo un período especial y una caída del campo socialista y así y todo, en Barcelona 92 se lograron 14 medallas de oro.
Se llama esperanzas.
Habría que empezar por explicarle al señor que la razón de este desastre es totalmente político. ¿Te acuerdas cuando nos dijeron que las calles eran de los revolucionarios? Pues los no revolucionarios se fueron a buscar sus propias avenidas.
El artículo de Granma acá:https://www.granma.cu/juegos-olimpicos-paris-2024/2024-08-04/los-juegos-criados-por-los-dioses-y-juntados-por-el-diablo-04-08-2024-21-08-04
Sencillo; si el país ha perdido un 10 por ciento de su población en apenas unos tres años y si entre esa pérdida esta la juventud como grupo principal ¿qué vas a esperar para el deporte? ¿Qué dijo usted? ¿Qué pronosticó cinco oros? Para serle sincero y honesto yo ninguno.
Para que usted entienda bien el porqué del fiasco tiene que entender primero que lo que se ha perdido en realidad son las esperanzas de vivir en Cuba y de hacer un proyecto en Cuba. Imagínese un talento en computación, en física o en diseño industrial que no intente hacer carrera en un país más “amigable con el talento”. Ahora lleve eso al deporte. El talento, mi amigo, se paga. El deporte es cultura y orgullo nacional: “Tú que vienes de Cuba, ¿has visto a Capablanca?
Todo esto nos dice que en el 92 había una cosa: esperanzas, y lo confirma el hecho de que cuatro años después de iniciado el período especial todavía logramos unas cuantas en Atlanta, creo que 25 en total.
Muchos de esos medallistas, ¿sabes qué? se fueron, porque no te puedo dar el carro ahora, ni puedo mantener las piscinas y el estadio sigue sin luz. Y mientras el país avance de esa forma, como solo se le ocurre decir al señor presidente, y mientras las calles sean de quienes son y la Constitución no le pueda trazar directrices al Partido, pues habrá menos medallas y si mañana Mijain logra su título pueden ponerlo en el pedestal más alto de la historia nacional porque a pesar de todo por lo que no tiene que pasar un deportista lograría una hazaña no digna de ninguno de los que nos trajeron a esta enorme crisis y nos mantienen hundidos en ellas sin que se abstenga ninguno de los parlamentarios.
Sí, mi amigo, lo que tenemos es consecuencia de las políticas erradas e irreversibles que los sabihondos de la Ñico Lopez nos han impuesto y que desafortunadamente llegan al deporte, al arte, y a su misma publicación; ese periódico que no encuentra un editor con la ética suficiente para hacerle entender a usted mismo que si las calles son de los revolucionarios entonces el medallero será de ellos por igual.
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