
Newsletter Subscribe
Enter your email address below and subscribe to our newsletter
Por Ernesto Domenech Espinosa
Toronto.- Cuba, su gente, su historia, su tragedia ocupan casi todo mi tiempo libre, y un poco más allá. A veces hago una pausa, una excepción, un paréntesis. Hoy es uno de esos momentos que miro al otro lado, hoy toca hablar, en forma de homenaje, de Franz Beckenbauer. Mis primeras formas de disidencia fueron el Rock y el Futbol, el Fútbol alemán. En aquellos años ’80 escuchar música rock y gritar los goles de la R.F.A entraban en el catálogo de “Desviaciones Ideológicas” en una Cuba entregada a la Timba y el Béisbol.
Otras veces he contado que me hice fan del fútbol en 1982. Era el Mundial de España, y el partido semifinal entre Francia y Alemania marcó esta vieja afición a los goles y las gambetas. En 1986 estar pronunciando y escribiendo los nombres de Led Zeppelin, Harold Schumacher, Kiss, Rummenigge, Scoripons, Schuster, Iron Maiden o Beckenbauer casi me cuestan la expulsión del Pre-universitario. Pero de eso hablaremos otro día.
Hoy ha muerto a los 78 años, en Salzburgo, Austria, Franz Beckenbauer, el Kaiser. El sobrenombre no fue un regalo, un simple efecto del azar. Fue la mejor forma de nombrar a alguien que a base de genialidad, entrega, sacrificio, talento, liderazgo y carácter supo ganarse el respeto dentro y fuera del campo tanto de sus compañeros como de sus más enconados rivales. Con 18 años, en 1963, el joven Franz entró a jugar en el F.C. Bayern (Bayern de Múnich), un equipo de segunda división pues en aquel entonces el número uno de la ciudad era el Múnich 1860.
En dos años la historia del Bayern de Múnich y del futbol alemán cambiaron para siempre. En ese cambio vertiginoso y ascendente mucho tuvo que ver el juego versátil, agresivo, lúcido y técnicamente impecable de un veinteañero que demostraba en cada partido igual vocación y capacidad para la defensa, el ataque o la organización del medio campo. Franz Beckenbauer deslumbraba a los espectadores, descolocaba a sus contrarios, confundía a los periodistas especializados que no podían encasillarlo en una zona determinada del terreno. Franz Beckenbauer demostró que además de potencia física y disposición al sacrificio había llegado al campo un innovador, un genio, un Mariscal. Franz Beckenbauer había creado una nueva posición: el Líbero.
Ahora que hay tantos aficionados al balompié y tantos que administran y comparan estadísticas aquí les dejo una parte de los números y récords del Kaiser que lo ganó todo a nivel de Club y de selección nacional. Único futbolista con cinco medallas en los cinco Campeonatos del Mundo en que participó: como jugador fue subcampeón en Inglaterra ’66, bronce en México ’70 y Oro en Alemania ’74, y como entrenador: la plata de México ’86 y el Campeonato de Italia ’90. En Eurocopas fue campeón en Bélgica ’72 y subcampeón en Yugoslavia ’76 como jugador, mientras que como DT llevó al tercer puesto y bronce a sus discípulos en el torneo de Alemania ’88.
A nivel de Clubes Franz, junto a Müller, Maier y el joven Paul Breitner, serían los artífices de la época dorada del Bayern de Múnich ganando cuatro Bundesligas (’69, ’72, ’73 y ’74), cuatro Copas de Alemania (’66, ’67, ’69 y ’71), tres Copas de Europa, antigua Champions League (’74, ’75 y ’76), una Recopa de Europa (’67) y una Copa Intercontinental (’76). Y entre sus decenas de galardones individuales sobresalen: mejor futbolista de Alemania en 1966, 1968, 1974 y 1976; mejor jugador joven del Campeonato del Mundo Inglaterra ’66; integrante del Equipo Todos Estrellas en los Mundiales de Inglaterra ’66, México ’70 y Alemania ’74; y Balón de Oro (primer defensa en recibirlo y único en merecerlo dos veces) en 1972 y 1976.
Franz Beckenbauer está considerado entre los cinco mejores jugadores de la historia del fútbol e integra el 11 ideal en todas y cada una de las publicaciones y medios especializados en el tema. En sus años finales como jugador fue un entusiasta impulsor del fútbol en USA y allá se fue, al equipo Cosmos de New York para formar dupla con el legendario Pelé. Franz Beckenbauer representa ese espíritu (hoy casi olvidado) creativo, vistoso y aguerrido de un fútbol alemán que no se rendía nunca y daba pelea hasta el pitazo final.
Ha muerto Franz Beckenbauer, el fútbol está de luto. Fue mi ídolo, mi favorito, mi modelo de futbolista. Si tuviera que definir a Beckenbauer en una imagen me quedo con la del número cuatro lesionado del hombro que no abandona a su equipo en aquel juego de semifinal en México ’70, conocido por el «Partido del Siglo», en el que Italia se impuso 4-3 a los Germanos.
Ahora mismo Franz debe estar entrando al vestuario para reunirse con Fritz Walter, Gerd Müller, Pelé, Johan Cruyff, Di Estefano, Puskás, Eusebio. Y yo alzo una copa y brindo por el Futbol, por Ellos. ¡!VIVA EL KAISER!!