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Redacción deportiva
Miami.- El hijo del mítico centrocampista Fernando Redondo, Federico, puso a un lado los sueños de jugar en Europa y firmó un acuerdo hasta 2027 con el Inter de Miami, el equipo donde juega su compatriota Lionel Messi.
Cada vez que un hijo de un gran jugador eclosiona, el mundo del más universal se pone en alerta con la intención de ver a dónde puede llegar o si es capaz de imitar lo que hizo su progenitor o no. Y con el vástago de Fernando Redondo no fue diferente.
Sin embargo, Federico no se dejó tentar por Europa. Tal vez porque sabe -o porque alguien se lo dijo- que no es la sombra del hombre que asombró al mundo desde las filas del Real Madrid, y optó por una liga menos fuerte, por un equipo más light, y por un fútbol menos físico y de menos exposición.
Si hizo bien o mal, sólo él lo sabrá. Lo que está claro es que en Europa nadie se volvió loco por Federico, lo cual quiere decir que no tiene el nivel que exhibió su padre. Porque si alguien hubiera visto un 75 por ciento de las condiciones de su progenitor, algún equipo hubiera pagado más de 70 millones de euros por él. Y no fue así.
Entonces, a jugar en Miami, el equipo de los casi retirados Messi, Luis Suárez, Jordi Alba y Sergio Busquets, en la misma liga de Ricky Puig y a donde posiblemente vaya el cuarentón de Luka Modric.
Así que no hay nada de qué preocuparse. El fútbol de élite, el grande de verdad, no se pierde nada. Federico Redondo no es como Fernando. Lo bueno es que él lo supo y no engañó a nadie y se fue a un sitio seguro, tranquilo, aunque siempre dejó alguna pincelada:
«Estoy muy contento de llegar a un club que está creciendo tanto. Es una linda oportunidad para compartir cancha con grandes jugadores», dijo el joven en un comunicado, y agregó: «Quiero integrarme con mis compañeros. Hay que ir paso a paso, pero siempre soñar en grande».
Lo que digan los medios, los dueños del club, ya es otra cosa. Este no será una estrella.