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EL GOBIERNO CUBANO Y EL ALZA DE LOS IMPUESTOS A LA COMPRAVENTA DE VIVIENDAS

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Por Ramón García Guerra ()
La Habana.- El ajuste que hace el Gobierno en el precio de la vivienda con fines de elevar la recaudación de impuestos en operaciones inmobiliarias que se realizan en Cuba, es una prueba de la desconexión de éste con respecto a las realidades del país y eso explica por qué mienten al hablar del asunto.
Sucede que no saben de qué están hablando, así como no son conscientes de qué están haciendo.
Sabemos que el déficit de viviendas en Cuba es de 850 mil inmuebles, según los informes del Gobierno. Eso es más de 3.5 millones de cubanos que no tiene una casa propia.
Tampoco se olvide de que entre el 60 y el 70 por ciento del fondo habitacional del país se encuentra en mal o regular estado constructivo. Sólo en La Habana se cae casi un edificio por día: 342 cada año.
Vale recordar que durante las últimas cuatro décadas del siglo XX cubano, el 73 por ciento de las viviendas construidas en Cuba se debió al esfuerzo propio de la población.
Durante el sexenio 2002-2007 los precios de los inmuebles se desplomaron en el mercado informal como un efecto de la ofensiva en contra de las ilegalidades en ese sector, mientras que en el trienio 2010-2013 se formó una burbuja inmobiliaria a partir de las expectativas de apertura de mercados que motivaron las reformas de Raúl Castro.
Desde esa fecha los precios se habían mantenido altos, hasta que ocurre el confinamiento del COVID y se produce la estampida migratoria del 2022-2023.
Fue en ese momento en que los precios se desploman como nunca antes en los últimos 35 años.
Entonces la política que adopta hoy el Gobierno es aquella que aplicó este último a finales de la década de 1980 (léase, jugar a las chapitas) cuando se vio frente a un exceso de dinero circulante y ante la incapacidad de conservar el fondo habitacional del Estado que rentaba a la población, además.

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