
Newsletter Subscribe
Enter your email address below and subscribe to our newsletter
Por Joel Fonte ()
La Habana.- Los regímenes totalitarios -la dictadura castrista es la más antigua de estos en el hemisferio occidental- procuran mantener el poder apoyados en los más diversos métodos, que van desde la estructuración de la propaganda con fines de manipulación ideológica y política a gran escala para alimentar el inmovilismo en la masa.
De esa forma intentan apagar en la gente el espíritu de rebeldía, el deseo de cambio, y apelan al descrédito, la descalificación moral, intelectual y de todo tipo de sus opositores, a los cuales se les llega a judicializar, cuando lo entienden selectivamente prudente, y pasan a la represión abierta y masiva -11 de julio del 2021, en Cuba – si les es necesario.
En cualquier caso, sin embargo, y conscientes de la importancia del liderazgo en la organización de la lucha política, el dictador estará al acecho de que surja ese líder para enfrentarlo de inmediato y no permitir que su acción y figura se magnifiquen.
En la actualidad, y bajo las orientaciones y teorías que tienen origen en la escuela de represión con sede en La Habana, una de las estrategias más recurrentes para apagar tales liderazgos es ejercer sobre ellos toda clase de amenazas y agresiones para empujarlos al exilio.
En los años más recientes hemos visto la ejecución de tales acciones en Nicaragua, ahora en Venezuela, y en Cuba con el emergente liderazgo de un joven artista.
Entonces, frente a esa estrategia de sembrar temor y fractura para prevalecer en el Poder, lo que cabe es la firmeza en la defensa de las ideas, y permanecer en el país, dar la lucha frontal, al precio que haya que pagar por ello.
No más temor. Basta de tolerar injusticias. No más dictadura en Cuba.