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Por El Cubaneo
La Habana.- William Morgan, conocido como “Comandante Yankee”, luchó al lado de Fidel Castro, quien luego dio la orden de fusilarlo.
Nació en Toledo, Ohio el 19 de Abril de 1928. Pasó por el Ejército de los Estados Unidos, pero quedó muy decepcionado. Fue llevado a la corte marcial, a prisión y trabajos forzados durante varios años tras haber abandonado el servicio sin permiso, y luego haberle arrebatado el arma de un guardia para intentar salir cuando estaba detenido.
Morgan había llegado a Cuba en 1957 para atrincherarse en las montañas de la isla junto a las tropas de Eloy Gutiérrez Menoyo, fundador del Segundo Frente Nacional del Escambray (SFNE), con el objetivo de apoyar el derrocamiento del dictador Fulgencio Batista. Luego se convertiría en Comandante. Alcanzó a tener más de 1.000 hombres y fue determinante en el control de la zona central de la isla, que llevó a Batista a huir del país, el 31 de diciembre de 1958.
Él. junto al argentino Ernesto ‘Che’ Guevara y el mismo español Guitiérrez Menoyo, fue uno de los tres extranjeros que alcanzaron los grados de ‘comandante’.
Fidel Castro dijo en una intervención televisada que William Morgan era un «verdadero cubano», un héroe de la revolución cubana.
Morgan en sus tiempos de alzado en las montañas del Escambray llegó a ser una celebridad en Estados Unidos, al empezar a cosechar éxitos con el SFNE. Según cuenta Mike Sallah, su historia salió publicada en medios como Time, The New York Times y AP.
De acuerdo una investigación periodística de Grann, en 1959 el Servicio Secreto de EE.UU. inició una investigación sobre Morgan y recomendó que se tomara acción contra el hombre, lo que condujo a que el Departamento de Estado le retirara su ciudadanía.
En 1960 de héroe pasó a los calabozos de La Cabaña, acusado injustamente de pertenecer a la CIA. Su error fue decirle a Fidel Castro que no estaba de acuerdo con el giro al comunismo que pretendía dar en la Isla. Esa fue su sentencia, como le sucedió a Camilo Cienfuegos o al mismo Eloy Gutiérrez Menoyo y al Comandante Huber Matos, entre tantos que tuvieron que exiliarse para salvar sus vidas.
La noche del 11 de marzo de 1961 el «Yanqui comandante» fue llevado frente a un pelotón de fusilamiento.
Castro encarceló a su esposa Loretta por 12 años hasta que logró salir para los Estados Unidos con sus dos hijas. Ahora, más de cinco décadas después, su viuda todavía espera que el gobierno de Cuba mande de regreso los restos del «Yanqui comandante» para poderlo enterrar en Toledo.