Enter your email address below and subscribe to our newsletter

El danzón sí es patrimonio inmaterial de México

Comparte esta noticia

Por Alden González Díaz

Santiago de Cuba.- La Unesco conceptualiza el patrimonio inmaterial como «prácticas, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades transmiten de generación en generación, formando parte esencial de su identidad y continuidad cultural». Nunca he interpretado la simbólica declaración de patrimonio inmaterial a diversas manifestaciones culturales como declaración de origen, propiedad o paternidad sobre algún elemento cultural. Para mí tiene que ver con preservación orgánica de valores culturales diversos.

Yo nunca me atrevería a decir, ni a defender a quien diga que el danzón es mexicano; pero patrimonio inmaterial en Ciudad México sí es. Ojo, que no lo es en Baja California o Nuevo León; pero en Veracruz, Yucatán, Puebla o Oaxaca, sí. Con lo que se hace en Mérida cada martes por la noche religiosamente en el Parque de Santiago se supera lo que se ha hecho en Cuba entera en los últimos 25 años. Pero aún así es importante aclarar que la declaración de Patrimonio Inmaterial no es para manifestaciones autóctonas es para manifestaciones preservadas generacionalmente y puede estar focalizada, como es la Ciudad de México en este caso, no se trata de una declaración nacional.

Cuba tiene en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO manifestaciones que no son oriundas de Cuba. Lo del danzón en Ciudad de México pudiera ser parangonable a la tumba francesa en Santiago de Cuba, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2008, la tumba francesa no es cubana y no tiene incidencia en todo el territorio nacional. El arte de la décima espinela es una manifestación absolutamente española y está por Cuba en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2021, no es una manifestación cubana, pero tiene impacto cultural orgánico en Cuba, muchísimo más que el danzón. De hecho, el expediente se centró en «su valor como expresión poética oral, musical y comunitaria, transmitida intergeneracionalmente en el oriente cubano». En ningún lugar dice que la décima espinela es cubana, porque no lo es. Un expediente de Ciudad México (no del país) no tiene que decir que el danzón es mexicano. Si lo dijera sería deshonesto.

Los mexicanos viven con pasión el danzón

Soy defensor de esta declaración por los mexicanos porque yo me he emocionado in situ con la pasión con que preservan todo lo referente al danzón cubano, mi experiencia en México es de piel de gallina al ver adolescentes bailando danzón porque sí. Allí los principales exponentes del danzón son mis paisanos santiagueros Mariano Mercerón y Consejo Valiente Robert «Acerina», allí son venerados por el gremio danzonero. Aquí en Santiago, nadie, absolutamente nadie, los conoce.

El último reducto serio de defensa del danzón que tuvo incidencia popular real en Cuba fue la Asociación Nacional de Orquestas Charangas, al generar interacción palpable entre las orquestas charangueras y los clubes de danzoneros, que muchos había en la Cuba profunda hasta los primeros 2000. Al desaparecer la ANOCH, a instancias de la misma institución que debió defenderla, se esfumaron los últimos esfuerzos masivos (léase bien, masivos) de preservación del danzón en Cuba adentro (que no todo es la Tropical).

Pienso que queda claro mi criterio, pero puedo abundar más: la mejor muestra de lo que es patrimonio inmaterial palpable en Cuba es el reguetón, que no es de origen cubano, pero sí que se transmite orgánicamente de generación en generación en todo lo que va de este siglo. Pueden ir preparando el expediente.

Deja un comentario