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El CSD media en el pulso institucional por el partido Villarreal-Barcelona en Miami

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Madrid.- Madrid, 16 oct (EFE).- El Consejo Superior de Deportes (CSD) ha entrado de lleno en el conflicto desatado por el proyecto de LaLiga de disputar el encuentro Villarreal-Barcelona en Miami el próximo mes de diciembre, después de que el Real Madrid presentara un escrito formal de rechazo ante el organismo rector del deporte español.

El club blanco alega en su recurso que la celebración de un partido de liga en territorio extranjero «adultera la competición», lo que ha motivado que el CSD requiriera a la Federación Española de Fútbol (RFEF) información detallada sobre los fundamentos que amparan esta iniciativa. La RFEF, por su parte, ha solicitado acceso al escrito madridista para poder emitir su informe correspondiente.

Este intercambio de documentación refleja la complejidad institucional de un asunto que enfrenta a cuatro actores principales -LaLiga, RFEF, AFE y CSD- con intereses contrapuestos, a los que se suma la oposición frontal del Real Madrid. La trama se desarrolla mientras LaLiga mantiene su apuesta por internacionalizar la competición.

No es la primera vez

No se trata del primer intento de LaLiga por llevar partidos oficiales a Estados Unidos. En 2018 anunció un acuerdo con Relevent Sports para disputar encuentros en Miami durante quince años, iniciativa que fracasó por la oposición de FIFA, UEFA y RFEF. Los posteriores intentos con un Girona-Barcelona en 2019 y un Atlético-Barcelona el año pasado tampoco prosperaron.

En el fondo del conflicto subyace un pulso de mayor alcance entre el Real Madrid y LaLiga respecto al modelo de gestión y proyección internacional del fútbol español. La entidad presidida por Florentino Pérez considera que jugar en el extranjero vulnera el principio de igualdad entre los clubes y crea un precedente peligroso para la integridad de la competición.

La resolución del CSD se anticipa compleja en un conflicto que amenaza con judicializarse, mientras Villarreal y Barcelona se preparan para un partido que, más allá del escaparate internacional, se ha convertido en el epicentro de una batalla institucional que trasciende lo puramente deportivo.

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