EL CAMIÓN DE LOS HUESOS

Por Jorge Menéndez ()

Cabrils.- Hace unos días observé con estupor una cola en Cuba detrás de un camión que vendía huesos de vacuno a «la población».

Demás está decir las condiciones de insalubridad de esos huesos: limpios de carne, sin frío de ninguna índole, manipulándose sin guantes bajo el sol cubano y tirados literalmente en el piso del camión. Seguramente había allí más bacterias que huesos.

Este es un ejemplo concreto de lo que está ya «normalizado» en Cuba y que el pueblo cubano acepta como algo normal en su vida cotidiana.

Jamás en mi experiencia de 40 y tantos años de vivir fuera, en varios países, he visto similar panorama.

Al pueblo le venden huesos como si fueran perros, de la carne que se comieron los panzones dirigentes.

Esa es la solidaridad humana que propugna el socialismo. Ese es el verdadero cuadro de una situación real de cómo el gobierno ve a su pueblo y como tal los trata.

Habría que preguntarle a Díaz-Canel o a Marrero si ellos probaron esos huesos.

Esto, desde mi punto de vista y entre muchas otras cosas, pone fin a cualquier tipo de duda sobre lo que significa el pueblo cubano para el gobierno.

Lo que no entiendo es dónde está la dignidad del pueblo cubano:  ese camión había que voltearlo en el medio de la calle como símbolo de dignidad y protesta.

Me resulta imposible de creer que en otro país del mundo esto suceda sin consecuencia alguna.

Ya en Cuba la dignidad no existe, la manipulación del gobierno y la cobardía de los indignos permiten tamaños actos sin ningún reparo y sin ninguna consecuencia.

El amo dándole huesos a los perros hambrientos.