Por René Fidel González García ()
Santiago de Cuba.- En el bucle del subdesarrollo, las variaciones de las monedas son más importantes que las causas y los actos que lo sostienen y reproducen.
Dentro de él, los auténticos pobres – esa mayoría silenciosa, invisibilizada y en expansión – no emplean otra moneda que no sea la única que, elusiva y críticamente escasa, pueden emplear.
Ellos -niños, jóvenes y adultos mayores- tampoco pueden adquirir los medios que permiten el acceso a las redes sociales, a ellas y al consumo del pensamiento subdesarrollado que en ellas se vierte como algo ya incorporado al ecosistema, lógicas y equilibrios del subdesarrollo.
El problema de los pobres en Cuba es un problema político, esencialmente político, pero es imposible que ellos y todos los que aspiran a romper el bucle del subdesarrollo político que garantiza la exclusión y cancela las posibilidades de la democracia en Cuba puedan hacerlo consumiendo el pensamiento subdesarrollado.
Necesario es crear y hacer prevalecer en lo útil y práctico un pensamiento que nos emancipe, sus actos y consecuencias.
Foto: Obra de Antonia Eiriz
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