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Por Pedro Monreal (El Estado como tal)
La Habana.- En términos analíticos, la noción de que el bloqueo de EE.UU” es “el principal obstáculo al desarrollo” de Cuba es una hipótesis sin validar y no es aceptable como conclusión razonada. Por definición, implica un acto de comparación sobre el que nada se nos dice.
En el desarrollo económico de Cuba inciden disímiles factores. Afirmar que uno de ellos funciona como “principal obstáculo” implica medición de efectos negativos de diversos factores y comparación de impactos, pero no hay evidencia de que se haya hecho tal cosa.
Es problemático pensar de antemano que el “bloqueo” tiene un impacto negativo mayor que el inefectivo cálculo económico de la planificación centralizada, que la distorsionada estructura de inversiones o que el inestable modelo de inserción internacional escogido.
Esta nota se limita al plano económico y en ella no se cuestiona la existencia de impacto económico del “bloqueo”, ni siquiera que tal efecto tenga una escala grande. Lo que se objeta es considerarlo como “principal obstáculo al desarrollo”.
Los posibles efectos de atribuir una primacía exagerada al “bloqueo” como obstáculo al desarrollo son la excusa para descuidar y postergar la atención a prioridades, y el arraigo de una percepción de resignación por la dilación y ausencia de soluciones.
Si no se miden y comparan los efectos negativos de diversos factores, la noción de que el “bloqueo” es el principal obstáculo al desarrollo de Cuba queda como un dispositivo de propaganda. Probablemente no se intentó ir más allá de eso.