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Por René Fidel González García
Santiago de Cuba.- Empezó el movimiento para perpetuar en el poder. Nuestro vicio no fue realmente la ablución al poder extranjero, lo fue la fascinación por el poder.
Malditos aquellos que abrieron nuestro futuro como país a ese insaciable apetito. Esa es la loza de desprecio que los hundirá eternamente en la hez de la historia de Cuba.
Todo lo que vemos y lo que se prepara es a espaldas del pueblo cubano, a costa de sus libertades y derechos. Primero será esto y luego la cláusula de los dos mandatos presidenciales.
La exclusión política no se detendrá hasta que no le hagamos frente como el sistema de creencias y prácticas de desprecio, discriminación y odio político construido contra nosotros y nuestros sueños, hasta que no recuperemos la igualdad política por la que en Cuba se luchó siempre, hasta que no declaremos finalmente proscrita en una sociedad democrática, en sus prácticas e identidad nuevas, aquello que nos condena a no poder ser ciudadanos, ni libres, ni iguales.
Asco, asco, pero hay que juntar la vergüenza y la decencia que nos queda en Cuba y oponerla a la vileza y la traición.