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DON TOMAS ESTRADA PALMA, PRESIDENTE EN DOS SIGLOS

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Por Anette Espinosa ()

La Habana.- Tomás Estrada Palma no solo fue el primer presidente electo de la República de Cuba, el que asumió la jefatura del Estado naciente en 1902, sino que antes dirigió la República en Armas, lo cual lo convierte en el único cubano que ha estado al frente del país en dos siglos diferentes.

Fidel Castro también goberno en dos siglos, en el XX y el XXI, con la única diferencia de que a este no lo eligió nadie. Conquistó el poder con el apoyo del pueblo por la vía de las armas y luego instauró un sistema dictatorial casi hereditario, que dura hasta la actualidad.

Pero vayamos a lo que nos importa: la vida del insigne patriota Tomás Estrada Palma, del cual nadie habla casi en Cuba, porque el castrismo decidió que todo lo que hizo no mereció la pena, y que esa parte de la historia es mejor mantenerla en la oscuridad.

Por esa razón arrancancaron hasta su estatua en la Avenida de los Presidentes, y lo hicieron de tal forma que solo dejaron allí, en Calzada y G, los zapatos del hombre que por primera vez gobernó en una Cuba Libre.

De su cuna santiaguera a dirigir la guerra grande

Estrada Palma nació en Bayamo, el 9 de julio de 1835, por lo que era un hombre de 33 años, un maestro de profesión, cuando arrancó la Guerra de los 10 años, cuyos principales jefes también vieron la luz en la misma demarcación o en las cercanías.

El 11 de octubre de 1868 fue designado por las autoridades españolas para formar parte de una comisión encargada de persuadir a Carlos Manuel de Céspedes para que depusiera las armas. No obstante, el joven Estrada Palma decidió vincularse al movimiento libertador y, al ser ocupada la ciudad de Bayamo por los insurrectos, fue nombrado regidor del cabildo.

 En abril de 1869, a raíz de la celebración de la Asamblea de Guáimaro, fue electo representante a la Cámara (por el distrito de El Cobre, en la región oriental)  por el grupo político liderado por Rafael Morales y González, Moralitos.

Estuvo con Máximo Gómez en la campaña de Guantánamo y luego en Camagüey, tras la muerte de Ignacio Agramonte, y apoyó la destitución de Carlos Manuel de Céspedes como presidente de la República en Armas, algo que haría después, estando ya con Vicente García, con Salvador Cisneros Betancourt.

Bajo el mandato de Juan Batista Spotorno fue el encargado de las relaciones exteriores y luego fue electo presidente de la República en Armas, el 29 de marzo de 1876, cargo que ocupó hasta el 19 de octubre de 1877.

Prisionero de los españoles y la otra guerra

En octubre de 1977 las fuerzas españolas lo detuvieron, lo enviaron a Cádiz y allí pasó mucho tiempo preso, en un castillo u otro, lo cual aprovechó para ampliar sus horizontes y pensar bien lo que quería para el futuro de su país.

Al salir de prisión, volvió a dedicarse al magisterio. Visitó Francia y Nueva York y en la Babel de Hierro fundó el Instituto Estrada Palma para la enseñanza, en el cual se formaron estudiantes de varios países latinoamericanos y también estadounidenses.

Para entonces, ya era Don Tomás, y allí se vinculó a los preparativos de la Guerra de 1895. Cuando murió Martí fue electo delegado del Partido Revolucionario Cubano y luego delegado plenipotenciario de la República en Armas, conferido por el Consejo de Gobierno de esta.

Fue uno de los que abogó por la intervención de Estados Unidos en la guerra, incluso lo hizo en persona, con la ayuda de Gonzalo de Quesada, y en diciembre de 1898, una vez terminada la guerra, le puso su firma a la circular que daba por disuelto el partido que fundó Martí.

Primer presidente electo de la república

Luego de finalizada la guerra, Estrada Palma regresó a Nueva York, a su instituto, dedicado a sus labores de maestro, pero una vez iniciado el proceso eleccionario fue propuesto para presidente con Luis Estévez y Romero como vicepresidente, por una candidatura nacional-republicana.

Ganó la elección a un candidato con galones, como el general Bartolomé Masó y el 20 de mayo juró como presidente ante el Tribunal Supremo, escuchó 45 canoñazos disparados en su honor, vio izarse la bandera de la Cuba libre desde el Castillo del Morro y se fue al Palacio de los Capitanes Generales, sede de la Presidencia, a regir los destinos del país.

En 1906 comenzó su segundo mandato, pero la situación en Cuba se había caldeado, los estadounidenses volvieron a enviar sus tropas, y Estrada Palma se fue a Matanzas con su familia. Un año después se mudó a una de sus fincas en el oriente del país y murió el 4 de noviembre de 1908 en Santiago de Cuba.

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