Por Irán Capote ()
Pinar del Río.- Cuando el 22 de enero de 1889, la Compañía de Bufos Habaneros, representaba sobre el escenario del teatro Villanueva la obra PERRO HUEVERO, AUNQUE LE QUEMEN EL HOCICO, un actor gritó su parlamento desde el escenario: “¡Viva la tierra que produce la caña!” Y desde la platea le secundaron gritos de:” ¡VIVA CUBA LIBRE!”, lo que desató la ira del Cuerpo de Voluntarios.
Los voluntarios entraron al teatro en estampida para disparar y golpear a personas inocentes. En los días posteriores, una ola de persecución y detenciones fue tras muchos de los asistentes a la obra teatral.
Por eso el Teatro Cubano celebra su día en dicha fecha, porque teatro cubano que se respete, pone el dedo sobre la llaga, irrita, incómoda, demanda. No pacta con la injusticia ni la opresión.
Hacer teatro en Cuba sigue siendo un acto valiente y arriesgado. Todavía luchamos contra censuras y contra todo sistema que intente opacar que nuestras verdades más dolorosas sean expuestas en tramas y personajes. Rebeldes siempre, cual perros hueveros, aunque intenten quemarnos el hocico.
Para hablar del teatro cubano hoy, hay que hablar también del teatro cubano que se produce fuera de la isla. Del teatro cubano que resiste desde las montañas, del teatro cubano que no logra estrenarse, del teatro cubano que se produce a puro corazón sin una garantía económica. De teatristas prohibidos y exiliados. De teatristas prohibidos aquí mismo. De teatristas que crean fuera de las instituciones. Y de todos los públicos que asisten al teatro, pese a la angustia de sus vidas.
¡Feliz día teatro cubano a todos mis colegas (dentro y fuera de Cuba)!
¡QUE VIVA LA TIERRA QUE PRODUCE LA CAÑA!
¡¡VIVA CUBA LIBRE!!
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