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DE CONFLICTOS Y REPRESIÓN

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Por Manuel García Verdecia ()

Holguín.- En todas las sociedades y épocas se producen conflictos sociales. Esto ocurre porque en una colectividad humana son muchos los intereses, perspectivas y destinos que están en juego. De modo que es algo connatural del desempeño humano.

Lo cardinal no es la existencia o ausencia de conflictos sino el modo en que estos se resuelven.

Cuando prevalecen la inteligencia, la buena disposición, la empatía y el respeto por los otros, se encuentran maneras incruentas de resolver las crisis.

Son la arrogancia del poder y el afán de imponer determinado proyecto de vida por encima de otros lo que genera la pugnacidad. También contribuyen a la escalada del conflicto.

El peor recurso para intentar resolver un conflicto es siempre la represión, pues la misma acrecienta el clima de hostilidad.

En primer lugar, la represión demuestra que los encargados de dirigir los procesos sociales no cuentan con la inteligencia. Tampoco tienen la voluntad de propiciar la negociación resolutiva.

En segundo lugar, afecta los ánimos de los involucrados y aleja las posibilidades de arreglo benigno.

Luego, en tercer lugar, engendra el resentimiento hacia los que reprimen y, por tanto, incrementa el número de oponentes.

Por tanto, sienta las bases para un aumento de la hostilidad y la violencia. Esto hace más compleja la situación y más ardua cualquier probabilidad de resolución positiva.

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