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Por Jorge Sotero ()
La Habana.- ¿Recuerdan aquellas declaraciones del impuesto presidente de Cuba a unos periodistas españoles de que iban a pelear en las redes y que lo iban a hacer ‘para ganar’? Fue hace poco más de un mes y medio y ya se nota la mano del gobierno cubano, apelando, como siempre, a las mentiras.
En los últimos días se han producido protestas esporádicas en algunos lugares de Cuba. En Bayamo y Jiguaní, por ejemplo. Pero, al mismo tiempo, han aparecido en redes vídeos de las protestas masivas de 2021, que el propio gobierno, a través de su numeroso ejército de ciberclarias, han colado para hacer quedar mal al bando contrario.
Ya sabemos que tanto los cubanos de dentro, como los de fuera, estamos ansiosos porque se produzca un levantamiento. Y a partir de esto, intentamos darle bombo a cualquier vídeo que nos llegue en el cual se vea hasta el más mínimo conato de protestas. Y de eso se aprovecha el gobierno.
Las legiones de ciberclarias que trabajan desde muchos lugares, sobre todo desde La Habana, bajo la guía del departamento ideológico del Partido Comunista, ‘meten’ vídeos viejos con la intención de que alguien los replique en las redes sociales, para luego salir ellos mismos a burlarse o a aclarar.
Por esa razón, en los últimos días hemos visto decenas de vídeos en las redes en los cuales aparecen protestantes y policías con nasobuco, lo cual demuestra, claramente, que datan de los sucesos del 11 y 12 de julio de 2021.
El objetivo es claro: quitarle legitimidad a cualquier protesta actual, hacer ver que usamos las redes para manipular, cuando los manipuladores son ellos. Que mentimos, cuando son ellos los que mienten siempre.
Y que apelan a cualquier cosa por lograr sus objetivos. De hecho, están pagando 18 mil pesos a las ciberclarias que contratan, solo para que pongan contenido en las redes sociales, y para que intenten denigrar a todo aquel que da la cara y expresa sin tapujos lo que piensa.
La guerra que iba a dar Díaz-Canel no es limpia. No hay transparencia en su actuar como gobierno, pero era de esperar, porque el castrismo ha sido tan sucio en su accionar, desde su misma llegada al poder, que no se puede esperar nada bueno de ellos.
Eso sí, los que vayamos a protestar, los que salgamos a las calles, que cada día vamos a ser más, porque la situación empeorará cada vez, tienen que ser tan ladinos como ellos. No se filmen y no se dejen firmar. Cuando tengan que filmar algo, háganlo con los represores, con los policías. Enfoquen sus cámaras, como si fueran cañones, a los que reprimen.
Hay que dejar constancia en cada lugar de quiénes fueron los que salieron a reprimir, a golpear, a intentar frenar los derechos legítimos de un pueblo a su libertad.
Y, por cierto, no solo se protesta en la calle, o en las redes. Hay otras formas de golpear al régimen. Ya sé que a ellos les molestan los calderos, los gritos de libertad, pero hay lugares y formas donde se les puede golpear, donde se le puede hacer daño.
No olvidemos que en su campaña contra España, en las dos guerras del siglo XIX, el Generalísimo Máximo Gómez estableció aquello de la ‘tea incendiaria’, para debilitar al gobierno. Y que hasta la propia guerrilla de Fidel Castro, tanto en los campos como en las ciudades, fue directo contra la economía para debilitar al gobierno de Batista.
Ya sé que a estos no hay casi por dónde golpearlos, pero siempre habrá oficinas sindicales, edificios del Partido Comunista, de los CDR, a los cuales se les pueda hacer daño. Para que no olviden que no los queremos, y que tienen que irse.
Que este llamado sirva para no hacerse eco de vídeos falsos, pero también para no detener la lucha. Todo lo que hagamos, por más insignificante que parezca, puede ser un aporte importante a la libertad de Cuba. Hay que golpear al gobierno, golpearlo todo el tiempo, con constancia. Unos pocos miles de hombres no podrán jamás con cinco o seis millones.