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CUBA NECESITA UN DISPARO EN LA CABEZA PARA PEDIR POR ELLA

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Por Manuel Viera ()

La Habana.- Cuando intento comprender al cubano siempre fallo. Ya sea cubano de adentro o de afuera, cada día puedo entenderlo menos. Por solo poner un ejemplo la niña Amanda necesitó a los cubanos y se logró movilizar solo a unos miles que se atrevieron a desafiar a Goliat y consiguieron que salvara la vida.

Ahora, la sociedad cubana en pleno se moviliza por el Taiger, unos en apoyo, otros para matizar ese apoyo. Sin embargo, de una u otra manera es la sociedad cubana movilizada, son millones.

Solo así, analizando con crudeza, puedo entender cuan enferma está la sociedad cubana. Duele saber que hay muchas Amandas todavía, muriendo en silencio, mientras el rebaño ordenado se mueve cabizbajo al compás del son. Al compás de un raro son que no despierta suspicacias.

Duele saber que hay cosas de mucho más peso que un joven que merece vivir pero que no es ni ha sido ejemplo para nadie.

Si esas marchas con velas que hoy se hacen sin pedir autorización a nadie por las ciudades de Cuba fuesen para exigir electricidad, medicamentos, agua o algún otro derecho, estuvieran con total certeza rodeadas de personas con palos y bastones. Así de raros son nuestros derechos, pero eso no es importante.

Es triste ver tanta manipulación, y cuan manipulables somos. Es triste ver cuanta banalidad importa por sobre lo verdaderamente importante. Suspendo por unos días. ¡Me he quebrado! Las excusas del miedo y la desunión han quedado desnudas. El asco y la decepción que siento han aplastado a la verdad.

Después de lo visto, creo que nunca más podré ser la misma persona. Estaré de regreso cuando todo vuelva a la normalidad. Cuando el pueblo desbordado vuelva a su cauce. Cuando el cerebro valga para pensar.

Si ven que pasa mucho tiempo… tranquilos, porque seguramente estaré bien. Es solo que ante tanto desatino, ante tanta tontería y estupidez humana, mis dedos prefieren no pelear más.

Espero que, junto con los mejores deseos de algunos impresentables y que tarareando canciones de Cándido y hasta de Buena Fe, logren levantar al Taiger de esa cama y que mientras lo logran no mueran decenas de cubanos sin canciones y sin la preocupación de nadie.

Espero que logren que sus oraciones hagan el milagro de un Taiger vivo y que, mientras lo consigan, todavía Cuba siga estando ahí. Es mi mayor deseo que no esperen que la patria agonice de un disparo en la cabeza para pedir por ella. ¡Me harté! ¡Nos vemos algún día!

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