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Por Manuel Viera ()
La Habana.- He visto documentales que explican en cámara fija, como los chinos son capaces de construir un aeropuerto en tres días y un hotel en 10 días. En Cuba, a ocho días del paso del huracán, todavía en Cosculluela y en Ariguanabo no tienen electricidad ni están listos para bombear agua a La Habana.
No se me ocurre una sola justificación para que en nueve días no se haya resuelto ese problema. Ni tampoco para que solo el dos por ciento de Artemisa tenga electricidad.
Tenia la esperanza de que esta noche pondrían el agua. Esta pipa, la de la foto, la primera que viene en más de una semana, trae un mensaje subliminal: hoy tampoco tendremos agua.
Aclaro; esto es Playa, a un kilómetro de los dirigentes. Claro, ellos llenan sus mega cisternas y no se enteran. Y no hay nada como verlos todos los días bañaditos, hablando cáscaras de mandarina en las noticias.
Para los que dicen que La Habana es «la ciudad maravilla», solo quiero decirles que no es nada fácil vivir en una ciudad sucia por doquier, donde casi tres millones de personas viven apilados unos sobre otros sin agua.
El ser humano puede vivir sin electricidad, incluso con las calles llenas de ramas y basura, pero no puede vivir sin agua.
Las prioridades de los amadores no sólo andan erradas para construir hoteles mientras se caen viviendas. ¡Esto es una verdadera hijoeputá!