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CUBA ENFRENTA UNA BATALLA CUESTA ARRIBA ANTE LA PROPAGACIÓN DEL VIRUS OROPOUCHE

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Redacción Nacional
La Habana.- Las autoridades sanitarias cubanas iniciaron el viernes esfuerzos de fumigación a pequeña escala en La Habana para combatir la propagación del virus Oropouche, pero un verano lluvioso en el Caribe, la escasez de combustible y los crecientes montones de basura en las carreteras están complicando esos esfuerzos, dijeron trabajadores y funcionarios.
Se han registrado más de 500 casos del virus desde mayo, cuando la enfermedad se detectó por primera vez en el extremo oriental de Cuba, dijeron funcionarios de salud esta semana.
El virus, también conocido como fiebre de la pereza, se transmite por la picadura de mosquitos y jejenes y se ha propagado rápidamente por todas las provincias y ciudades principales del país, incluida la capital, La Habana. Los pacientes se quejan de fiebre, dolores corporales y náuseas, aunque la enfermedad rara vez es mortal.
El viernes, trabajadores de fumigación, utilizando sopladores manuales a gas, lanzaron humo a rincones oscuros y callejones en algunas partes de La Habana, aunque esos esfuerzos se han visto obstaculizados, en parte, por recursos limitados.
“Antes se fumigaban todos los bloques cada semana… pero ahora, debido a (la escasez de combustible), se concentran en casos específicos donde ocurren (brotes de fiebre)”, explicó el trabajador de fumigación de La Habana Luís Aguilar.
Las autoridades sanitarias de Estados Unidos dijeron a principios de esta semana que 21 ciudadanos estadounidenses que habían visitado Cuba durante los meses de verano regresaron a casa con casos de Oropouche.
Cuba ha reportado relativamente pocos casos en comparación con otros países, incluido Brasil, donde el virus también está presente, y ninguna muerte.
Pero la crisis económica y la escasez de combustible, alimentos y medicinas han obstaculizado los esfuerzos para controlar la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos como el Oropouche y el dengue, dijeron las autoridades.
Los frecuentes cortes de electricidad significan que muchos duermen con las ventanas abiertas durante el caluroso verano caribeño, y pocos cubanos tienen acceso a repelente de insectos.
Los montones de basura han crecido en tamaño en las esquinas de las calles, lo que, combinado con las lluvias de verano, proporciona amplios lugares de reproducción para los insectos que pican, dijeron las autoridades.
No existen tratamientos ni vacunas específicas disponibles para Oropouche. (Reuters)

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