Cuba enferma: el genocidio solapado que la historia no absolverá

Por Alina Arcos Fdez-Britto ()

La Habana.- El sistema de salud hace rato que está colapsado, como todo lo demás, excepto la Represión.

Así las cosas, en condiciones de epidemia, la capacidad de respuesta es ampliamente sobrepasada y como con todo el resto, la «solución» termina siendo básicamente dejarlo a su suerte. Porque más allá de reuniones y visitas gubernamentales y partidistas estériles, e información en los medios oficiales que termina siendo solo autopropaganda y una forma de ganar tiempo, no hay acciones concretas que se traduzcan en verdaderas soluciones.

Y claro, la siempre salvadora táctica de inventarse culpables. No buscarlos, porque todos (incluido ellos) saben que los verdaderos culpables son justamente Ellos, los que gobiernan.

La insalubridad, el estrés cotidiano y mantenido, la falta de alimentos y medicinas, la tragedia en que se ha convertido sobrevivir y un larguísimo etcétera, condiciona la fractura de la salud de toda la población y en consecuencia de la sociedad. Salud, que como todos sabemos, es una categoría biosicosocial.

No es tan solo un problema de falta de recursos, que por supuesto que están escasos (¿adivinen por responsabilidad de quienes?). Es un problemas de asignación de los mismos, es un problema de prioridades. Y lo único que Ellos priorizan es su permanencia en el poder a cualquier precio, su enriquecimiento torticero y en consecuencia (como única forma de lograrlo), priorizan también la Represión.

Cuba está enferma. Matanzas se está muriendo. ¿Porque qué es una ciudad, una localidad sin su gente?

El pueblo cubano está exhausto, exánime.

En Cuba, también está ocurriendo un genocidio. Progresivo, silencioso, solapado, encubierto, travestido.

Y no, la historia no los absolverá. TAMPOCO A NOSOTROS… por haberlo permitido.