CUBA: CARNAVALES, PRECIOS… NADA DE POPULAR

Por Javier Pérez Capdevila ()

Cuantánamo.- He vivido siempre casi convencido de que no me sé explicar correctamente.

Sin embargo, cuando imparto una conferencia todo el mundo logra comprenderme.

Lo segundo contradice lo primero, lo que me ha hecho llegar a la conclusión de que la verdad cruda, como yo la digo, le dificulta el entendimiento a los cobardes, como paso previo a la no comprensión.

Soy consciente de las críticas, amenazas y hasta represalias que podrían ejecutarse contra mí por lo que voy a escribir a continuación, y aún sabiendo todo los falsos adjetivos que me colocarán, no dejaré de criticar lo que está mal. Hago uso de la supuesta libertad de expresión que tengo como derecho humano y constitucional.

El Carnaval de Guantánamo es el festejo popular y tradicional de mayor convocatoria en la ciudad. En este caso la palabra «popular» se utiliza sobre todo con su tercera acepción en el diccionario de la Real Academia Española, y significa que está al alcance de la gente con menos recursos económicos o con menos desarrollo cultural. Es decir, al alcance de todo el pueblo con precios populares.

Lo dicho con anterioridad se cumplía cada año hasta hace una década aproximadamente.

Hoy, es muy perjudicial que los precios topados por el gobierno no estén al alcance de la inmensa mayoría del pueblo.

Me tomo a mí como ejemplo. Soy un profesional que ganó un salario de 6 938 pesos. Al cambio existente son unos 21 dólares al mes. Supóngase que yo pueda hacer lo que nadie puede hacer: ahorrar la oncena parte de mi salario mensual para acumular un salario de un mes y destinarlo a disfrutar del carnaval. Eso sería imposible.

Mi salario de un mes alcanza para comprar sólo y tristemente 3.68 libras de cerdo asado. Es decir, con todo mi salario de un mes no puedo comprar ni siquiera 4 libras de cerdo asado.

Entonces, queda demostrado que no son fiestas populares, porque no existen en Cuba precios populares. Me duele muchísimo y, por favor, basta de buscar culpables externos. Busquen estrategias coherentes.