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CUANDO ‘EL LOCO GATTI’ Y BOCA JUNIORS JUGARON EN CUBA

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Por Fernando Clavero ()

La Habana.- Por la capital cubana han pasado grandes estrellas del fútbol mundial, muchos de ellos de forma anónima, incluso en tiempos en los cuales en Cuba no se seguía mucho lo que acontecía en las principales ligas del mundo.

Entre esas estrellas estuvo alguna vez Cristiano Ronaldo, Iker Casillas, Walter Samuel, Luis Figo, Wesley Snejder… pero nunca unos jugadores merecieron más atención de los medios cubanos que el club argentino Boca Juniors, que visitó la isla en 1988.

El 5 de agosto de 1988, hace casi 37 años, Boca se convirtió en el primer equipo argentino en jugar un encuentro de fútbol en Cuba contra el combinado de Cienfuegos.

Las 50 mil personas que presenciaron el partido hacían pensar que el fútbol en la isla era un deporte popular, pero en realidad la fiebre del fútbol en Cuba no había comenzado ese año, sino específicamente en junio de 1986 cuando Argentina salió campeón en México.

México 86, con la transmisión de varios partidos, marcó a los fanáticos cubanos del fútbol, quienes asistieron al momento de gloria de Diego Armando Maradona.

Boca en el aeropuerto de Buenos Aires antes de tomar el vuelo a Cuba

Los cubanos de entonces vivimos esa consagración y a partir de ahí la mayoría de la afición dividió sus preferencias entre brasileños y argentinos, sin olvidar a los seguidores de Alemania, España o Italia.

Unos meses después de conseguir su título mundial, Maradona visitó Cuba para recibir el premio que entregaba cada año Prensa Latina, un trofeo simbólico al que El Diez lustró un poco.

Maradona pujó para la visita de Boca

Maradona visitó Cuba a finales de julio de 1987 y se reunió con el tirano Fidel Castro. Y desde entonces comenzó a forjarse la visita de Boca Junior, el club de los amores del astro argentino.

Sin embargo, según el medio especializado argentino El Gráfico, aunque Maradona fue importante, «la visita de Boca a la isla se debió a un convenio de cooperación deportiva firmado entre el gobierno cubano y la entonces Secretaría de Deportes de Argentina».

Ese pacto no solo confirmaba a Boca con sus titulares, sino que también incluía charlas para directores técnicos locales.

Fabian Carrizo cabecea en el área del Cienfuegos

A la vez, intensificaron su trabajo de pretemporada para el torneo 88/89 que comenzaría el 11 de septiembre, y repartieron 60 pelotas entre chicos y adolescentes. 

Boca llegó al aeropuerto José Martí el 1 de agosto y se quedó en la isla durante 13 días, con base en el Hotel Tritón, muy desmejorado ahora, pero de lo mejor que había por entonces.

Tres días después de llegar, en El Tritón, le festejaron el cumpleaños 19 a Diego Latorre, quien había llegado al club a fines de 1987.

En Cuba, Boca jugó un par de partidos. Cienfuegos fue el primer rival el 5 de agosto. Los de la perla del Sur venían de ganar el campeonato cubano de 1985, para romper la hegemonía de Villa Clara y Ciudad de La Habana.

 Boca, en cambio, venía de jugar el Campeonato 87/88 que ganó Newell’s y culminó en el puesto 12, sin siquiera haber llegado a disputar la Liguilla Pre-Libertadores.

Los dos partidos en Cuba

El encuentro terminó empatado 2 a 2 en el estadio Pedro Marrero, de La Habana.

Antes del partido, Hugo Orlando Gatti fue homenajeado por ambos clubes, dado que ese día cumplía 26 años como arquero profesional.

El equipo cubano empezó ganando el encuentro con un zapatazo de Rivera a los 16 minutos. Boca dio vuelta el encuentro a los 42 y a los 47 con goles de José Luis Villareal y de Alfredo Graciani, respectivamente.

Y Piedra remató cruzado después de un centro, marcando el empate para Cienfuegos a los 71′. 

El segundo y último encuentro se jugó tres días después en el mismo estadio ante el segundo seleccionado de la isla, formado por jugadores amateur, quienes habían ganado en 1986 la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe.

En ese encuentro, Boca venció por 2 a 1 con goles de Humberto «Coya» Gutiérrez y Carlos «Chino» Tapia. El descuento de Cuba lo marcó González. A los 85 minutos, Pablo Erbín (quien jugó apenas 21 encuentros en Boca) fue expulsado. 

Fidel Castro los dejó colgados

El técnico de Boca, Javier ‘Pato’ Pastoriza, quería, entre otras cosas, quería que Fidel Castro los recibiera y jugar algunos otros amistosos, en México y Estados Unidos, antes de volver a Buenos Aires.

Por alguna razón, el dictador no los recibió, a pesar de que hasta el propio Maradona hizo gestiones para que el equipo de su corazón se viera con el hombre que tenía a Cuba en un puño.

Al final, Boca Juniors regresó a Cuba el 14 de agosto, y desde entonces nunca más un gran club del mundo volvió a aterrizar en Cuba, a pesar de que sí lo han hecho grandes estrellas de manera aislada, incluso técnicos muy prestigiosos, como el también argentino César Luis Menotti.

Menotti, que fue campeón mundial en 1978, dio clínicas en La Habana en alguna de sus visitas.

En aquellos partidos en Cuba jugaron Hugo «el Loco» Gatti; Luis Abramovich, Richard Tavares, Pablo Erbin, Enrique Hrabina, José Luis Villareal, Fabián Carrizo, Carlos Tapia, Ángel Hoyos, Alfredo «el Murciélago» Graciani, Humberto Gutiérrez, Walter Pico y el joven Diego La Torre.

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