Por Rolando Feitó ()
Novosibirsk.- Los faraones egipcios tenían médicos especializados en diversas partes del cuerpo, cada uno con su título. El más curioso era el llamado Guardián del Ano del Faraón – neru pehut en egipcio antiguo – su especialista en salud rectal e intestinal.
Han encontrado documentos donde se describe en detalle las funciones del Guardián del Ano. Sus trabajos más habituales eran las limpiezas de la zona rectal, introduciendo agua que se soplaba a través de una caña de oro, y el tratamiento de hemorroides.
Otra tarea, menos agradable aún, era la de introducir líquidos purgantes para estimular los intestinos del faraón y facilitar la evacuación cuando este sufría una indigestión, empacho o padecía de estreñimiento.
Pero bueno, los faraones no eran los únicos obsesionados con este tema, en Egipto la preocupación por mantener un ano limpio era compartida también por el ‘vulgo’, que acudía al Nilo para insertarse cañas por vía anal y proyectar agua al interior del recto con la ayuda de vejigas de animales.
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