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Contra Trump, pero nunca contra la dictadura: los cubanos que no representan al exilio
Por Albert Fonse ()
En estos días se han visto cubanos en Estados Unidos protestando contra Donald Trump. No lo hacen por Cuba ni por la libertad. Lo hacen porque les molestan las nuevas políticas migratorias. Se presentan como víctimas políticas.
Existen dos grupos en esa farsa. Por un lado están quienes nunca se han manifestado ni dentro ni fuera de Cuba. Callaron ante los crímenes de la dictadura. Nunca marcharon, nunca alzaron la voz, nunca se enfrentaron. Llegaron a Estados Unidos buscando oportunidades, lo cual es legítimo, pero sin una gota de compromiso con la causa por la que tantos cubanos sí han sacrificado todo.
El otro grupo es incluso más indignante. Se trata de quienes se disfrazaron de activistas para justificar fondos desde Washington. No era convicción, era negocio. Aprovecharon el dolor ajeno para mantener un estilo de vida financiado por ONGs complacientes. Ahora que les cerraron el grifo, saltan como fieras. No por principios. Por dinero. Su activismo se evapora cuando desaparecen los cheques.
La quinta columna en el exilio
El colmo es que se atreven a comparar a Donald Trump con los dictadores cubanos. Un presidente electo en democracia, que rinde cuentas, enfrenta prensa crítica y tiene límites institucionales, jamás puede ser equiparado con una mafia que lleva seis décadas asesinando, torturando y reprimiendo a un pueblo entero. No es solo una comparación absurda. Es un insulto.
He criticado a Trump, pero por razones muy distintas. Por no haber ido más allá en su presión contra la dictadura. Por no haber usado todo su poder para empujar el colapso del castrismo.
Lo que hacen muchos de estos personajes no parece una coincidencia. Repiten el discurso exacto que conviene al régimen. Atacan a quienes han sido duros con la dictadura y defienden posturas que solo favorecen al castrismo.
Parecen parte de un trabajo coordinado. Parecen agentes de opinión y parecen parte de esa quinta columna que opera desde dentro del exilio para debilitarlo, dividirlo y contaminar su mensaje.
