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CINE: LA PRINCESA QUE QUERÍA VIVIR (1953)
Por Edi Libedinsky ()
Buenos Aires.- La princesa que quería vivir, dirigida por William Wyler, es una comedia romántica atemporal que se convirtió en un pilar del cine clásico de Hollywood.
La película protagoniza a Audrey Hepburn en su papel revelación como la Princesa Ann, y a Gregory Peck como Joe Bradley, un periodista estadounidense.
Ambientada en el impresionante trasfondo de Roma, la película cuenta la historia de una joven princesa que, cansada de sus estrictas obligaciones reales, escapa de sus cuidadores para experimentar la vida como una persona común.
La interpretación de Audrey Hepburn como la inocente pero vivaz Princesa Ann le otorgó el Premio de la Academia a la Mejor Actriz y la catapultó a la fama. El encanto, la gracia y la vulnerabilidad de Hepburn aportaron profundidad al personaje, haciéndola tanto relatable como encantadora.
Por otro lado, Joe, interpretado por Gregory Peck, es un reportero cínico que, al descubrir la verdadera identidad de Ann, inicialmente planea utilizar su encuentro para una historia exclusiva. Sin embargo, a medida que pasan el día juntos explorando los famosos monumentos de Roma—el Coliseo, la Plaza de España y la Fuente de Trevi—sus sentimientos por ella cambian.
La química entre Hepburn y Peck es innegable, y su relación en evolución forma el núcleo emocional de la película. Su día juntos está lleno de momentos ligeros, incluyendo un divertido paseo en Vespa y un baile en una barcaza, pero la película está matizada con un tono agridulce a medida que se hace evidente la realidad de sus mundos diferentes.
La princesa que quería vivir no es solo un romance, sino también un comentario sobre el choque entre la libertad personal y el deber.
Su final, que evita un convencional «y vivieron felices para siempre», le da a la película un sentido de realismo y profundidad. Con sus encantadoras interpretaciones, hermosa cinematografía y una historia que equilibra la fantasía con la emoción sincera, La princesa que quería vivir sigue siendo un clásico querido que continúa cautivando al público.
