
Newsletter Subscribe
Enter your email address below and subscribe to our newsletter
Por Carlos Carballido – Especial para El Vigía de Cuba
Una coalición de cubanos anticomunistas en el exilio ha manifestado su firme y rotunda oposición a los intentos de “cambio fraude” promovidos por diversos grupos y organizaciones, con la anuencia del Departamento de Estado de los Estados Unidos y el respaldo de medios de prensa en la ciudad de Miami.
Tras una campaña de recaudación de fondos, se colocó finalmente una valla publicitaria en la ciudad de Hialeah, con un mensaje claro y directo dirigido a estos grupos, dejando sentado que “en dictadura no se dialoga, y mucho menos se negocia por medio de un plebiscito”.
El influencer cubano Vladimir Aguilar explicó que la iniciativa fue originalmente propuesta por la youtuber Lisbet Mejías en su canal Todo al Fuego, y ejecutada por activistas del grupo Space Autoconvocados, liderado por Eddy Maidique.
Luego de un arduo proceso de recolección de fondos y diseño gráfico de la consigna, la valla es ya visible en la transitada intersección de la NW 67th Avenue y la 167th Street de Hialeah, justo a la entrada de la autopista Palmetto, una zona de alto tráfico vehicular.
Aguilar destacó que la convocatoria recibió apoyo de cubanos anticomunistas radicados en diversas regiones como Canadá, Europa y Latinoamérica, lo que evidencia que las propuestas de diálogo y reconciliación con la dictadura no representan un consenso dentro del exilio, pese a los intentos por presentarlas como tal. Explicó que los discursos han cambiado y va siendo hora de dejar atras el titulo anticastrista porque ya la lucha no es contra el apellido Castro sino con todo lo opuesto a la izquierda. «Estos grupos que hemos denunciado vienen de la izquierda socialista y mañana pueden ponerle otro apellido a la misma fórmula», arguementó el influencer.
El mensaje de la valla está dirigido especialmente a grupos como Cuba Decide, liderado por Rosa María Payá, que promueve un plebiscito vinculante en la isla con la cuestionada idea de obtener un espacio político dentro de un régimen totalitario. Según Aguiar, tanto Cuba Decide como otras iniciativas similares reciben promoción de medios como Radio y TV Martí, América TeVé, emisoras locales, y especialmente de influencers como Alexander Otaola y su grupo de voceros.
Asimismo, se lanza una advertencia al autodenominado —y no electo— Grupo para la Transición Democrática, una coalición de organizaciones dentro de la isla encabezada por Manuel Cuesta Morúa y José Daniel Ferrer, que abogan por una participación política limitada y, en su reclamo más contundente, solo piden la libertad de los presos políticos a cambio, incluso de amnistía para los militares y represores del castro-canelismo.
La colocación de la valla surge también como respuesta al creciente malestar de una parte significativa del exilio cubano, que rechaza los encuentros entre representantes del Departamento de Estado —como el encargado de negocios en La Habana, Mike Hammer, y el negociador Mike Kozak— y nuevos opositores que proponen pactos con el régimen a cambio de concesiones mínimas en derechos humanos, sin exigir transformaciones políticas reales que conduzcan a una verdadera libertad para el pueblo cubano.