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ASÍ SE CAZABAN MAMUTS EN LA PREHISTORIA

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Tomado de MUY Interesante

Una de las fuentes de recursos más valiosas de la Edad de Hielo, el mamut era una presa que requería de todo el ingenio y cooperación de nuestros ancestros.

Madrid.- Durante el Pleistoceno, los mamuts recorrían las extensas estepas y dominaban el paisaje europeo. Más allá de su tamaño, estos gigantes suponían uno de los mayores restos para la supervivencia de nuestros antepasados. Recientes descubrimientos arqueológicos han mostrado técnicas de caza que revelan no solo la astucia sino la extraordinaria capacidad de innovación de los humanos hace 13 000 años. La colocación estratégica de lanzas y trampas podría reescribir lo que sabemos sobre la interacción prehistórica entre hombre y mamut, ofreciendo una nueva concepción del comportamiento y habilidades de nuestros ancestros.

Recreación de caza de mamut

Recreación de caza de mamutFran Navarro / Midjourney

Los mamuts y la prehistoria

El Pleistoceno abarcó desde hace aproximadamente 2,6 millones de años hasta hace unos 11 700 años. Por entonces, el mundo estaba en gran parte cubierto por frías estepas. En este escenario de extremos climáticos, los mamuts lanudos, con sus enormes colmillos y gruesas capas de pelo, vagaban por las tundras y bosques abiertos, siendo una de las especies más emblemáticas de la megafauna de la Edad de Hielo. Para los cazadores-recolectores de aquel tiempo, estos gigantescos herbívoros representaban una fuente crucial de recursos. Proporcionaban carne abundante, piel, grasa y huesos, materiales esenciales para la confección de ropa, herramientas y estructuras de refugio. La habilidad para cazar estos colosos era una cuestión de supervivencia, pero también reforzaba el tejido social y la transmisión de conocimientos y técnicas entre generaciones.

Recreación de un mamut

Recreación de un mamutiStock

Cómo se cazaba en la prehistoria

Las puntas Clovis, nombradas así por el sitio en Nuevo México donde fueron descubiertas, representan una de las innovaciones más notables de la tecnología prehistórica en Norteamérica. Caracterizadas por su forma simétrica, fina acanaladura en la base y bordes extraordinariamente afilados, estas puntas estaban diseñadas para penetrar profundamente y con precisión. Su contorno y las estrías marcadas permitían que la punta se comportara de manera similar a una bala hueca moderna, fragmentándose dentro del cuerpo del animal para infligir daños internos severos, aumentando así su letalidad.

Además de las tácticas individuales de caza con lanzas, los cazadores prehistóricos también empleaban métodos colectivos más complejos, como la creación de trampas de picas. Estas trampas consistían en fosas camufladas en el terreno que atrapaban a los mamuts, donde lanzas puntiagudas clavadas en el fondo aseguraban heridas fatales cuando los animales caían sobre ellas.

Estudios experimentales recientes han puesto a prueba estas técnicas. Simulaciones y reconstrucciones de caza utilizando réplicas de las armas y técnicas descritas han demostrado que tanto la forma de las puntas como la configuración de las trampas eran extremadamente eficaces. Estos experimentos han ayudado a validar teorías sobre cómo nuestros antepasados eran capaces de abatir tan formidable presa, destacando una vez más su ingenio y la capacidad de adaptación en un entorno implacable.

Puntas Clovis de distintos tamaños. Eren et al. 2020.

Puntas Clovis de distintos tamaños. Eren et al. 2020.

El impacto de la caza en la sociedad y la cultura

La caza de mamuts en la prehistoria no solo requería destreza individual, sino también una extraordinaria coordinación grupal. Este desafío colectivo fomentaba una estructura social organizada, donde cada miembro del grupo desempeñaba un rol específico durante la caza, desde conducir al mamut hacia las trampas hasta asestar el golpe final. Esta cooperación era esencial para el éxito y fortalecía los lazos comunitarios, distribuyendo después los recursos obtenidos de manera que beneficiara a toda la comunidad.

El aprovechamiento de los mamuts iba más allá de su carne. Los cazadores recolectaban y utilizaban prácticamente todas las partes del animal: la piel servía para hacer vestimentas y cubiertas; los huesos, convertidos en herramientas y armas, y hasta en estructuras habitacionales; los tendones se usaban como cuerdas. Este uso integral refleja una comprensión avanzada de los recursos naturales disponibles, además de un profundo respeto y conocimiento de su medio ambiente, elementos claves para la supervivencia y el desarrollo cultural de estas antiguas sociedades.

Un pasado por descubrir

Excavaciones en Tultepec, México, han arrojado luz sobre métodos hasta ahora desconocidos en la caza de mamuts. Los arqueólogos descubrieron fosas profundas, diseñadas como trampas, cuya existencia sugiere un nivel de premeditación y cooperación mucho más avanzado de lo que se pensaba anteriormente. Estas trampas, de unos 25 metros de diámetro y 1,70 metros de profundidad, estaban estratégicamente situadas para capturar a estos gigantes, demostrando un gran conocimiento del comportamiento de los mamuts y del terreno.

El impacto de estos hallazgos es considerable, pues altera nuestras ideas preconcebidas de las prácticas de caza prehistóricas. Antes se pensaba que los mamuts eran cazados principalmente mediante tácticas oportunistas, como aprovechar su caída en terrenos pantanosos naturales y otros tipos de emboscadas. Sin embargo, el descubrimiento de las trampas en Tultepec evidencia una planificación sofisticada y un uso deliberado del paisaje para la caza, lo que indica una capacidad de organización y una cultura material mucho más complejas. Estos hallazgos enriquecen nuestro conocimiento sobre las estrategias de supervivencia de nuestros ancestros y proporcionan una ventana fascinante hacia la estructura social y la vida cotidiana de las comunidades cazadoras de mamuts.

iStock

Esqueleto de mamutiStock

La tecnología de caza prehistórica, con sus lanzas y trampas, es un testamento de la adaptación y la inventiva humana. Estos antiguos métodos aseguraban la supervivencia y moldeaban las sociedades. Al descubrir y estudiar estas tácticas, nos vemos obligados a reconsiderar nuestra percepción de la historia y la capacidad de nuestros ancestros. ¿Qué otras innovaciones aún desconocidas podrían estar esperando ser descubiertas? Reflexionar sobre estos descubrimientos nos inspira a valorar la profundidad del ingenio humano y su perpetua influencia a través de las generaciones.

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