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AQUELLOS CRISTALES ROTOS

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Por Javier Pérez Capdevila ()
Guantánamo.- La teoría de los cristales rotos, también conocida como la teoría de las ventanas rotas, es una concepción psicológica y criminológica que sugiere, desde un punto de vista psicológico, cómo los signos visibles de deterioro y abandono influyen en el comportamiento humano.
Psicológicamente, cuando percibimos que algo está abandonado o no se cuida, nuestra percepción de la norma social cambia, lo que nos «autoriza» a comportarnos de manera menos respetuosa hacia ese entorno.
Esto puede extenderse más allá del ámbito físico, afectando también aspectos personales y emocionales, donde el descuido inicial puede llevar a una mayor negligencia y descomposición, donde los signos visibles de deterioro y abandono en un entorno urbano pueden fomentar comportamientos delictivos y antisociales.
Teniendo en cuenta la últimas seis palabras anteriores al punto y seguido, se impone explicar el punto de vista de la criminología, donde se interpreta que un cristal roto o un acto de vandalismo sin consecuencias transmite la idea de que nadie cuida del lugar, lo que a su vez «autoriza» a otros a cometer más actos de vandalismo o delincuencia.
Aplicada está teoría a Cuba, donde se percibe un deterioro generalizado, esta indica que la falta de mantenimiento y la percepción de abandono están contribuyendo a una mayor descomposición social y física.
La gran demora gubernamental en solucionar estos problemas, evidentemente ha provocado la aceleración del deterioro, lo cual está afectando negativamente el bienestar y la seguridad del pueblo.
Entre los aspectos más visibles están el deterioro de las viviendas y otras edificaciones, destrucción vertiginosa del transporte, detrimento de equipos médicos, incremento de la delincuencia, el consumo de drogas y el alcoholismo, la notable disminución de la educación formal, el ascenso de incompetentes a cargos de dirección (para mí la esencia de todos nuestros males), … etc.
PREOCUPACIONES
¿Qué futuro les espera a las generaciones venideras si la educación formal sigue en declive?
¿Cómo podemos tener la confianza que se nos pide en un contexto donde la incompetencia es recompensada?
¿Qué precio emocional pagan las familias afectadas por el consumo de drogas y alcohol?
¿Cómo podemos reconstruir la esperanza en un contexto donde la delincuencia y la inseguridad ciudadana son constantes y crecientes?
¿Cuándo los ciudadanos podremos ser escuchados sin censura?

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