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Por Laritza Camacho ()

La Habana.- Busca solo lo bueno, mira solo lo bueno, acepta solo lo bueno… Y aquí estoy, a punto de saltarme los sesos. ¿Es buena la verdad?

Mi amigo Amaury Orue se pasaba la vida salvándome de los malos momentos. Desde un día que me vio llorar cuando nos topamos con un gato muerto atropellado en la calle, inventó para mí la historia del naranja.

Si había algo feo, él me abrazaba de pronto y me decía » NARANJA» y no me dejaba mirar. Siempre provocaba mi risa y lo más extraño de todo es que yo, tan curiosa, aceptaba aquello, sin preguntar por lo que había, agradeciendo ser salvada del horror cotidiano.

Nunca he sido cobarde. Desde que tengo uso de razón me recuerdo que enfrentada a todo lo que consideraba injusto y he pagado caro, muy caro, cada enfrentamiento y también, es justo decirlo, he tenido el placer de ver la solución de muchas cosas y eso vale para mí como el mejor regalo.

Luego entré en el mundo de las energías, el Reiki y fui ganándole a mis impulsos con inteligencia, resiliencia y tolerancia… empecé a tener mejores resultados.

Los libros los golpes, el judo…

También me ayudaron los amigos, los libros, los golpes y el judo.

¿Cómo desestabilizar al contrario? Déjalo tirar, pon tu energía y tu propia fuerza en su misma dirección y verás como cae solo, por su propio peso…

Está pasando. Es buena la verdad porque, aunque se demore, siempre triunfa.

Los miro hacer, los escucho hablar y los veo resbalar en el tatami. Es como la conversación con la madre, cuando el hijo miente y la madre se hace la que creyó y el hijo se piensa que le creyeron.

¿Es útil la mentira? Cuando existe para contrastar la verdad, si. Cuando pretende taparla, no.

¿Qué sucede cuando todo es mentira? Es muy sencillo. Todo el mundo, por contraste, empieza a conocer la verdad.

Y en realidad…¿Es verdad o es mentira?

¡NARANJA!, es la respuesta. ¡ALERTA NARANJA! Lo que te cuente es poco, pero si no lo quieres ver, puedo ayudarte con mis tonos naranjas y salvarte con ellos de lo real.

De lo que no puedo salvarte, ni siquiera con todos los colores del arcoiris, es de tu miedo.

¡Suerte!

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