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A DEFENDER LA PATRIA OYENDO REPARTO

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Por Oscar Durán

La Habana.- La dictadura, en su afán de mantener vivo lo que está muerto, ha encomendado a la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) hacer un Bastión para cuando Estados Unidos rodee la isla de drones, aviones y submarinos, algo que está muy lejos de suceder.

A los jóvenes cubanos, nada de eso les interesa. Si acuden a ese teatro es porque los obligan con cualquier amenaza académica, o simplemente asisten porque ese día no van al aula y pasan el tiempo viendo cómo un Militar enseña cómo disparar un arma, o esconderse del enemigo.

La juventud no está para eso. Cuando un muchacho de esos sepa cómo se prepara un soldado americano para la guerra y vea todo su armamento, se da cuenta al momento que pierde el tiempo en esa basura llamada Bastión.

Hace 15 años pasé el Servicio Militar y no aprendí nada. Era un niño de 17 años que solo pensaba en abrazar a mis padres y estar al lado de ellos. La dictadura no entiende esas cosas, un ejemplo claro fue las muertes de varios soldados en un polvorín de Holguín. Eran niños, y los mandaron a enfrentarse a la muerte.

Por eso veo bien a esos muchachitos que acuden al Bastión con audífonos en sus orejas, oyendo a Bebeshito, a Chocolate o a Wow Popy. No están para eso, aunque el régimen ponga de titular en el Noticiero que el ejercicio militar se celebra con todo éxito.

En vez de gastar presupuesto en esa porquería de Bastión, deberían hacer algo mejor: mandar a Humberto López, Raúl Torres y Lázaro Manuel Alonso a pasar un curso de cómo disparar un AKM para que sean ellos los que se enfrenten a los gringos cuando aterricen en La Habana.

Todo es una pantalla en este país. Llega a sobrepasar la barrera de lo ridículo, pues el Bastión incluye visitas a tarjas y monumentos históricos porque, según ellos, “posibilita reflexionar sobre la historia de la nación y el sacrificio de quienes lucharon por la independencia de Cuba”.

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