Por Carlos Cabrera Pérez
Madrid.- El tardocastrismo está como las putas en cuaresma y saturado de gigolós, improvisando continuamente, sin una alternativa real de desarrollo, solo de resistencia, como admitió el propio presidente Díaz-Canel en una entrevista televisada que pareció diseñada por sus enemigos.
Para no aburrirlos, enumero los principales errores formales de la comparecencia:
1.- Uso del antiguo despacho de Fidel Castro, que nunca concedió una entrevista allí, mal iluminado y en plano abierto, que confería un aspecto lúgubre a la puesta en escena, por la necesidad de iluminar al protagonista.
2.- El abuso del plano abierto con la única finalidad de que apareciera Arléen Rodríguez, cuando habría funcionado mucho mejor con dos cámaras, una para el entrevistado y otra para la entrevistadora (made in USA), sin necesidad de la toma de perfil casi continua.
Cuba está arruinada, revisando desgracias recientes (Ordenamiento y Bancarización) pero carece de un plan realista de desarrollo, la consigna es resistir apelando a la épica, y recrudecer la represión interna y la emigración contra Estados Unidos.
El presidente no informó -ni la entrevistadora indagó- cómo va a resolver la escasez crónica de alimentos, energía, agua potable y medicinas. Solo lanzó consignas y frases huecas típicas de la baba sin quimbombó.
La entrevistadora provocó -sin querer- el enésimo acto fallido del presidente, al hacerse eco de una queja de periodistas sobre una imprecisión del ministro de Energía.
«Nosotros no mentimos», se defendió el mandatario, para luego reconocer que Vicente La O Levy fechó el alivio de los apagones con los «datos» que tenía en ese momento, pero luego llegó el barco y «retuvo la descarga porque no teníamos todo el dinero para pagar».
La penúltima ocurrencia del mandatario es tener un espacio regular en la televisión para comentar la actualidad cubana, y que su grupo de prensa ha acogido con entusiasmo suicida. El espacio se llamaría «Es oficial», nombre anticomunicativo por excelencia y que refleja el afán reactivo del presidente; obsesionado con defenderse a toda costa.
¿Para qué quieren a los irrentables Salvador Valdés, a Marrero y a los vicepriemeros ministros? Lo normal en comunicación es preservar a la figura principal y quemar a los subalternos, pero ese afán innovador del tardocastrismo acabará calcinando a Díaz-Canel; persuadido de que hay una conspiración contra Cuba; y claro que la hay, solo que los conspiradores están en el Buró Político, la presidencia, el G-2 y aledaños.
Los viajes al extranjero fue uno de los pasajes más divertidos de la noche. El presidente viaja porque consigue cosas para Cuba, ¿cuáles? y, cuando se monta en el avión como líder del G-77, es para representar y matraquear a aliados tácticos contra el bloqueo y que pidan a Biden que lo saque de la lista de patrocinadores del terrorismo. Pero los dos médicos cubanos siguen secuestrados en Somalia, desde 2019.
El reunionismo, otra joya de la fantasía tardocastrista, ocupó otra parte de la fallida entrevista, que el presidente remató con otra de sus obviedades: hasta las familias se reúnen. Una vergüenza que no haya valorado la inconveniencia de su frase, cuando la familia cubana está destruida y yaciente de cárcel, exilio e inxilio. Pero tiempo al tiempo, en cualquier momento aparece ante las cámaras con la familia en derredor, cantando que todos los niños del mundo vamos a una rueda hacer.
La parte humorística llegó con la mención a la pequeña propiedad privada, eso que llaman los heraldos del pan con na’ el sector no estatal, y la preocupación de los ortodoxos por una supuesta desviación neoliberal.
Nada hay más neoliberal y corrupto que una vieja y descarada dictadura que vende alimentos, medicinas y otros artículos de primera necesidad en una moneda extranjera hasta 260 veces más valiosa que el peso cubano.
Nada es más neoliberal que una casta verde oliva y enguayaberada que -tras empobrecer a la mayoría- facilita negocios a los elegidos, como esa nieta cubana-italiana de Raúl Castro con tienda habanera de precios ginebrinos. ¿De dónde sacó el dinero la afortunada para abrir el negocio? Esas niñas precoces son una maravilla y banquete para los robagallinas que merodean Cuba a la espera de una oportunidad, como su papá.
Los cubanos no deben temer por su futuro, no lo tienen. Pero nada más descorazonador que despilfarrar luz una vez al mes con el presidente mintiendo delirantemente, mientras el público asiste estupefacto al remake de Fantomas se desencadena.
(Tomado del muro de Facebook de Carlos Cabrera Pérez)