Un inocente se apaga mientras la dictadura mira a otro lado

Por Alina Arcos Fernández-Britto

La Habana.- Yosvany Rosell García Caso fue condenado a 15 años de privación de libertad en las mazmorras del régimen por manifestarse el 11J. Es inocente.

Quienes lo encerraron saben que es inocente. Nosotros sabemos que es -todos lo son- inocente(s). Hoy cumple 32 días en huelga de hambre y su vida se está apagando. Un hombre decidido a ser libre y demostrar su inocencia, incluso si pierde la vida en el intento.

Mentiría si dijera que yo, en su condición, no estaría dispuesta a hacer lo mismo. Todo parece indicar que al gobierno cubano, en su soberbia, no le importa la vida de un hombre inocente, por demás padre de tres hijos pequeños. Y por lo que ha mostrado hasta ahora, lo dejará morir.

Está sucediendo en Cuba, a la vista de todos. No podemos seguir mirando a otro lado o alegando que no lo sabíamos. Nuestro silencio, nuestra apatía y sobre todo nuestro miedo lo está facilitando.

Es nuestro deber hacer lo que podamos para impedirlo. Unámonos en el reclamo para que sea excarcelado con carácter inmediato. Salvemos su vida. Se le acaba el tiempo. Sus verdugos nos quieren cómplices. Rompe el ciclo.

Levanta tu voz, denuncia, comparte, firma las peticiones de excarcelamiento para Yosvany y de Amnistía para él y todos los Presos Políticos.

Esto no se trata de ideología, ni de posicionamientos políticos. Se trata de justicia, de honor, de ética, pero en primerísimo lugar se trata de humanidad.

Llámalo si quieres…COMPASIÓN.