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Por Tania Tasé ()

Berlín.- Ningún familiar mío ha fallecido en Cuba. Ninguno ha enfermado. Ninguno está preso. Por una sencilla razón: no tengo familia en Cuba.

Mis amigos, casi todos, se han ido o han muerto. Con mis vecinos más queridos sucede casi igual: viven en otros países, o han muerto ya, y los que quedan se encomiendan a Dios.

Ustedes pueden pensar que, por eso, es fácil luchar desde afuera para mí. Háganse solamente una pregunta: si estoy en una situación de «privilegio» y comodidad, ¿por qué sigo? ¿Qué es lo que me importa?

Son ustedes a los que están matando; son a ustedes a los que «atienden» en el piso en los hospitales; son a ustedes, o a sus familiares, a los que encarcelan por decir lo que piensan o por tratar de sobrevivir. Son ustedes los que tienen hambre y sed. Y son ustedes los que no tienen agua para bañarse y lavar su ropa. Son ustedes los que están cubiertos por montañas de basura.

Son ustedes los que no levantan la voz hasta que son afectados: hasta que tienen un muerto en la familia, hasta que tienen a alguien querido preso, hasta que tienen un hijo perdido por el kímiko y otras drogas.

Tambiénon ustedes los que miran a otro lado cuando un policía muele a golpes a tu vecino. Son ustedes los que aplauden a los que los oprimen. Son ustedes los que se quejan a toda hora. Los que no entienden por qué las organizaciones internacionales, los gobiernos extranjeros y Dios no los salvan.

Son ustedes los que van a morir, y bien pronto, si no hacen algo por ustedes mismos. Aunque sea poner #SOSCuba en su perfil.

Yo haré lo que entiendo que es mi deber, porque es mi bronca. La que hago todos los días por mí y por la Cuba que yo sé que es posible.

Aunque a ustedes, los muertos vivos, no les importe una mierda sus propias vidas.

Hace casi cinco años de esta foto, y ni vale la pena hacer una nueva.

Hagan algo por ustedes mismos, que los que estamos fuera y gritamos «cómodos» ya no damos abasto.

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