Newsletter Subscribe
Enter your email address below and subscribe to our newsletter

Por Eduardo González Rodríguez ()
Santa Clara.- La verdad es que ya uno está asustado. Asustado de todo, digo. En los últimos días me he dado cuenta de que casi todas las personas que conozco están enfermas con el virus. No sé decir que con el Zica, el Dengue, el Oropouche o el Chincunguya ese. Pero enfermas. Muy enfermas.
He visitado a tres o cuatro y estoy impresionado. La gente apenas puede caminar, no pueden estirar las manos, no pueden inclinarse porque el dolor es intenso y persistente. Y ni hablar de la cantidad de dinero que hay que gastar para agenciarse los medicamentos.
Soy analfabeto en todo, pero en temas de enfermedades, soy el doble de analfabeto. Yo pasé el Zica hace unos años, pero jamás, ni por asomo, las reacciones sufrí se parecen a esta cosa. No sé si es porque en aquella época estábamos mejor alimentados o porque los mosquitos recibieron algún entrenamiento.
Conocí hace unos meses a un muchacho que trabaja como un mulo que dice conocer los alimentos «que dan sangre», o sea, los que te ponen a brillar el sistema inmunológico.
«Mira, puro -me dijo- vamos a dejarnos de muela, el picadillo de pollo no da sangre, la croqueta no da sangre, la salchicha no da sangre. Al tipo mal jamao le da un catarro y lo ingresan en terapia. Un tipo se hace una herida y se mete dos semanas sin sanarse. ¿No te has dado cuenta de que ahora casi todo el mundo anda con mareo? Eso es falta de combustible, mi hermano. El que no come es el primero que se jode».
Bueno, la verdad es que en pleno siglo XXI, en plena era atómica, en la época en que más comida se produce a nivel mundial, no deberíamos pasar por esta crisis de alimentos que tenemos. Me parece absurdo. Creo que muy pronto hasta por la picada de una hormiga van a tener que meternos en terapia.
Y digo que ya uno está asustado porque hace unos días se posó un bicho sobre la mesa de mi casa cuando estábamos comiendo y se armó un corretaje que hasta mi esposa y el chama pequeño se metieron en el baño. No es broma. Yo le hice una foto y, no sé, creo que no es mosquito.
Lo peor es que si nos pica estamos embarcados, porque estábamos comiendo uno de esos alimentos que, según Manuel, no dan sangre. Y si lo que comemos no da sangre y el mosquito nos la quita, es un jake mate perfecto.
Aquí les comparto dos fotos, una del bicho, y la otra es de cómo la población, desde que el virus se ha regado por todos lados, están imaginando al mosquito.
P/D: A todos los amigos enfermos un abrazo y cuídense mucho. Y a los sanos también. En fin, un abrazo para todos. Creo que de esta va a escapar muy poca gente.