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Por Yin Pedraza Ginori ()
A sus 77 años, ha fallecido en La Habana Pablo Santamaría. La noticia, por inesperada, me estremece porque fuimos amigos, buenos amigos, de esos que se llaman “hermanos” entre ellos. De andar juntos parriba y pabajo desde aquellos años 60 y 70 en que nuestra amistad se forjó compartiendo las angustias y las alegrías que ambos experimentábamos en el intento de hacernos un nombre en el difícil mundo del espectáculo.
Dotado del don de la musicalidad, Pablo estudió en el conservatorio Amadeo Roldán y en la ENA, tocaba varios instrumentos (guitarra, batería, tímpani, tumbadoras, bongoes…) y fue integrante de varias agrupaciones musicales (Los Llamas, Orquesta Jorrín…) y cuartetos vocales (Los Bucaneros…). Pero, sobre todo, destacó como un extraordinario cantante, afinado, seguro en la dicción, profesional en su proyección escénica, con una voz poderosa y natural que sabía dominar, usándola según la canción se lo pidiera: potente en el grito y suave en el susurro.
Pablo se va, dejando en quienes le tratamos de cerca la imagen de un hombre bueno, luchador, jaranero y leal, en el público el recuerdo de sus siempre bien recibidas actuaciones y en sus compañeros cantantes y músicos el respeto por ese primer lugar entre ellos que se supo ganar.
Adiós, amigo, hermano, te despedimos oyéndote sacarle todo el jugo a esa maravilla que es “Mil congojas” de Juan Pablo Miranda. Ver vídeo: (https://www.youtube.com/watch?v=F7CApJziHa4)