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Por Michel Hernández
La Habana.- Ismael Serrano llegó a Cuba en junio de 2013 para subir al escenario de Bellas Artes, donde pasó revista a un repertorio con el que lo reconocen como una de las principales figuras de la canción de autor en España.
La presentación no tuvo en la isla el mejor precedente, a pesar de las concordancias sociales y políticas que mostraba el madrileño, en ese momento, con la utopía promovida por décadas desde la isla.
El show apenas se anunció en los medios y en la noche del concierto se celebró una especie de celebración turística en el Museo.
Recuerdo que mencioné esos lamentables matices en una nota que escribí para anunciar el “toque”.
Con Ismael Serrano, hoy con 51 años, no hay medias tintas. Te gusta a rabiar o pasas de su obra sin demasiada dificultad.
En Cuba realizó un concierto muy sobrio ( y demasiado largo para mi gusto ) que lo llevó a repasar un rosario de las obras cimeras de su repertorio. Sin adornos ni florituras como es característico en su trabajo. El músico sacó al ruedo sus discos Todo empieza y todo acaba en ti, Atrapados en azul y Acuerdate de vivir. El público cubano de entonces- ya debemos referirnos en esos términos pretéritos a los cubanos, porque ya no sabemos donde está el otro, incluso muchas veces tampoco sabemos dónde está uno – lleno el lugar porque la oportunidad de escuchar en vivo a Serrano ( el cantautor) no era nada desdeñable.
El músico agradeció “el lleno” y dedicó varias palabras de admiración a su público cubano. Fue, en resumen, un concierto matizado por el más puro estilo del cantautor español, que permitió disfrutar en vivo varias de las canciones con que algunos nos identificamos y escuchar también otros temas que se hacen un poco cansinos. Todo depende de la percepción de cada cual y del significado que le otorgamos a su música.
A más de una década de aquel concierto muchos no saben que Ismael Serrano actuó en Cuba y creo que algunos medios no se han dado aún por enterados. O, para decirlo en buen cubano, no se han desayunado con la noticia.
Tal vez el cantautor regrese más temprano que tarde a la isla- como lo hizo recientemente el ya influyente Pedro Pastor- y puedan enmendar la plana. Para bien de la canción de autor y del público cubano que todavía puede respirar a través de una canción que le mueva el universo. Aunque ya sabemos que cada uno mueve su universo como quiera o le da la gana porque si en algo ya hay democracia es en el consumo musical. A pesar de que algunas canciones se escuchen en el sonido del silencio y otras a todo volumen para animar las fechas y celebraciones de turno heredadas de aquel antiguo país.
Creo que es una buena oportunidad para volver a escucharlo y que cada uno decida que hacer con su vida (musical) porque con la otra ya todos sabemos, al menos medianamente, lo que debemos hacer.