LA HUMANIDAD Y LOS ASESINOS QUE PREGONAN IDEOLOGÍAS

SUGERENCIAS DEL REDACTOR JEFELA HUMANIDAD Y LOS ASESINOS QUE PREGONAN IDEOLOGÍAS
Por Joel Fonte (Especial para El Vigía de Cuba)
La Habana.- Carlos Alberto Montaner, uno de los cubanos más grandes que han visto la luz en nuestra Patria, y que a pesar de su universalidad, de su visión cosmopolita, y de haber vivido la mayor parte de su vida en el exilio, llevó consigo a Cuba a todas partes hasta su muerte hace solo unas semanas, nos legó una definición paradigmatica del concepto «ideología»:
«(…) una ideología es una concepción que parte del rígido criterio de que el ideólogo conoce de donde viene la humanidad, porqué se desplaza hacia una dirección y hacia donde debe ir. De ahí que toda ideología, por definición, sea un tratado de ingeniería social, y cada ideólogo a su vez un ingeniero social, alguien consagrado a la siempre peligrosa tarea de crear «hombres nuevos», personas no contaminadas por las huellas del antiguo regimen; alguien  -ese ideólogo- dedicado a guiar la tribu hacia una tierra prometida, cuya ubicación le ha sido revelada por los escritos sagrados de ciertos  -es una frase de Martí- «pensadores de lámparas, esos filósofos de laboratorio en desencuentro permanente con la vida».
» (…) esta actitud -Moiserismo, por Moisés- regularmente suele dar lugar lugar a grandes catástrofes, y en ella está el origen del totalitarismo. Cuando alguien disiente, o cuando alguien trata de escapar del luminoso y fantástico proyecto diseñado por el ingeniero social, es el momento de apelar a los paredones, a los calabozos y al ocultamiento sistemático de la verdad. Lo importante es que los Iibros sagrados -como sucedía en el método escolástico del medioevo- nunca resulten desmentidos…».
Estas ideas lapidarias, resultado del pensamiento de un convencido liberal, nos explican en síntesis el origen y existencia de la dictadura Castrista y su esencia: usar una ideología como pretexto para edificar un sistema de Poder -porque no es gobierno- que excluye, como seres humanos con derechos, a millones de cubanos para constituirse en oasis para un grupo de privilegiados en la cúspide de los cuales ha estado el apellido Castro por demasiadas décadas.
¿Y, a quiénes tomaron como modelo?
La historia nos muestra a hombres que sacrificaron la vida de millones de seres humanos con el mismo pretexto inhumano del Poder y la Gloria que se trucó en genocidio.
Iósif Stalin es un oscuro ejemplo: un joven provinciano de Georgia, que ingresó adolescente a un seminario para ordenarse de sacerdote, generó los sentimientos más vivos de repudio, de odio y temor en la furia que desató cuando escaló hasta la cúspide del Kremlim.
Antes que él estuvo Lenin al frente de los bolcheviques, que se decían libertarios y revolucionarios y ejecutaron con fusiles, bayonetas, y luego mutilaron y quemaron los cuerpos de la familia real en pleno, incluidos el Zar, su esposa y sus cinco hijos menores tras la revolución que instaló el primer gobierno socialista de la historia: la dictadura del proletariado.
Un baño de sangre fue el preludio de lo que seguiría.
Con la arenga teórica de la lucha de clases y otras  consignas que generaron un vendaval de odio en el seno de la sociedad rusa, a la par que el dinero de los banqueros y acaudalados hombres de negocios, capitalistas alemanes y de otros países europeos financiaba la revolución, en diciembre de 1922 se crea la URSS.
Lo que vino luego es una secuela de sucesos que desbordan terror. Más de 30 millones de soviéticos perdieron la vida en los tristemente célebres Planes Quinquenales de Stalin, o como parte de su política de Colectivizacion: millones de hectáreas de tierras arrebatadas a sus dueños, deportaciones a campos de trabajo -Ucrania fue una de las zonas más devastadas- asesinato, feroz represión, trabajos forzados…
Y la ideología que hablaba del odio al capitalismo -como décadas después lo replicó Fidel Castro, y luego su hermano, a través del títere que colocó en su sitio- seguía recibiendo financiamiento de monopolios capitalistas de occidente, entre ellos empresas norteamericanas que apoyaron el crecimiento de la URSS, llegando EE.UU. a reconocer al estado comunista en 1933.
El comunismo reprimió con saña a las familias, a la religión, a todo aquello que eclipsara el control que la ideología marxista pretendía ejercer sobre los seres humanos.
Y por sobre el edificio monumental de aquella sociedad enferma de miedo e inmovilismo, la figura del ideólogo que todo régimen totalitario necesita crecía con el alimento del mito y la glorificación.
En China ocurrió algo similar con la figura de Mao Tse Tung, tras la proclamación de la República Popular China en 1949.
A Mao, incluso por encima de Stalin, se le considera como el dictador más sanguinario de la historia.
Su crueldad rebasó incluso la de Adolf Hitler, porque, mientras la segunda guerra mundial que este desató con sus ansias de conquista, de expansión del Espacio Vital alemán, provocó 50 millones de muertes, la totalidad de esas víctimas no le son atribuibles solo a la ideología nazifacista, a Mao sin embargo, y su plan de activación económica conocido como El Gran Salto Adelante, de 1958 al 1962, o su Revolución Cultural -1966 al 1976-, le son atribuibles entre 45 y 50 millones de seres humanos muertos de hambre o asesinados por su régimen.
Fue una orgía de violencia, desplazamientos, hambre. Miles de sobrevivientes recurrieron al canibalismo.
Incluso el líder chino -déspota contemporáneo- Xi Jinping, admitió en 2013 los crímenes de Mao, que llamó cínicamente «errores».
Otro tanto había hecho en su momento el sucesor de Stalin, Nikita Khrushchev, develando los horrendos crímenes del Stalinismo, las purgas, los campos de trabajo, los asesinatos políticos, como los de Trotsky, Zinoviev y cientos más…
En cuanto a los crimenes de Castrismo, pues esos aún están pendientes de ser cuantificados, y aunque una de las armas más persistentes del régimen cubano es el secretismo, un día sabremos cuántos hermanos han muerto víctimas directas, o no, de una dictadura que tanto daño nos ha hecho como nación y como seres humanos.
Porque las ideologías derivan en totalitarismos, y lo confirma la historia contemporánea; a ella apelan vándalos pregoneros de motivaciones fascistas, incluidos los que ahora pretenden enmascararse bajo el manto del progresismo, tildándose de socialistas del siglo XXI, o líderes de izquierda, a todos los cuales no les cabe más motivación que el abarcar Poder para esclavizar a quienes deberían por principio gobernar con rectitud.
El mundo debe estar alerta, y a los cubanos nos urge la comprensión de esa verdad, y sobre todo actuar.
Basta de tolerar injusticias. No más temor. No más dictadura en Cuba.

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