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Por Jorge Menéndez

Cabrils.- He visto en la prensa cubana que al ministro de Salud se le achaca la responsabilidad por el estado crítico de la salud pública: la carencia de medicinas, el avance de enfermedades que nadie puede controlar. Ciertamente, él es el primer responsable. Es su cartera. También acabo de leer que el hospital La Covadonga está a punto de cerrar por la cantidad de personas con dengue y otras enfermedades, y por no tener ni siquiera aspirinas.

Lo que quiero dejar claro —más allá de lo que diga el gobierno— es que si no se robaran el 85 % de los salarios de los médicos que exportan, nuestro sistema de salud estaría robusto, con servicios dignos y medicinas suficientes.

Un país que recibe millones —porque la exportación de médicos es su principal rubro— y que les roba el 85 % de su salario, debería tener servicios de excelencia. Pero no. Todo eso es responsabilidad de Portal, sí, pero en primera instancia de Díaz-Canel, que es quien decide qué hacer con el dinero. Es responsabilidad de una mentalidad de ineptos y de un robo sistemático.

El colapso ya no da para más. Y tengo claro que si la reacción del pueblo sigue siendo esperar al apagón para salir a hacer ruido con una caldera, estamos perdidos. La situación puede escalar hasta convertirse en una pandemia nacional con miles de muertos.

Hay un solo camino

El pueblo cubano tiene que elegir: o toma el poder por derecho propio y reorganiza el país, o muere de infecciones por falta de medicinas. Es duro, pero es la realidad. Y mientras no se asuma, iremos desapareciendo.

Un país donde su presidente atiborra de impuestos a las pequeñas y medianas empresas, y le exige al pueblo hacer los servicios comunales que por ley corresponden al Estado, es un país en lo más profundo del abismo.

No les basta con robarse los salarios de los médicos y los millones del turismo y el tabaco. También se roban los impuestos que se pagan, entre otras cosas, para tener servicios de recogida de basura, calles sin huecos, luz, agua, gas, medicinas.

Díaz-Canel es un fraude como persona, y todos sus secuaces deberían ser enjuiciados por ladrones y estafadores.

Cubano, despierta. No te equivoques. Es ahora o nunca. O resurge Cuba como país libre de esa lacra de comunistas vividores, o morirás sin remedio, víctima de alguna de las tantas enfermedades que están a punto de convertirse en pandemia.

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