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Por René Fidel González García ()

Santiago de Cuba.- El problema no es económico es político, el problema de la pobreza en Cuba es esencialmente político.

El precio que pagamos absolutamente todos por su poder es nuestra pobreza, como si nuestra responsabilidad para con ellos y la conservación de su poder fuera hundirnos por generaciones en una pobreza cada vez más honda, abisal.

Mudamos de la caja de muertos de madera de pino y color ratón, a la caja de muertos de cartón y color ratón, pero desde hace mucho es el mismo cristal por el que todos despedimos a nuestros muertos, lo reciclan.

Solo los de ellos son ataúdes, perfumadas urnas de cedro.

El problema de la pobreza es político y es de libertad. La forma primaria de socialización de la riqueza, como se sabe, consiste en socializar como derechos la libertad.

Tenemos un problema geopolítico, es tan cierto como histórico y mayúsculo, pero ese no podemos resolverlo, este si.

¿Por qué nuestro paradigma de felicidad tendría que ser su paradigma de pobres nobles y agradecidos?

La pobreza es política. Cuando administran su poder, administran nuestra pobreza. Para ellos lo infinito es lo mismo.

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