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Cuba, la Cumbre de las Américas y la exclusión del castrismo

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Por Jorge menéndez ()

Cabrils.- El régimen cubano llora ante el mundo. Se presenta como “aporreado”, “violado”, víctima eterna. Esa ha sido su estrategia internacional durante 66 años.

Cuando China, Vietnam o Japón le regalan un motorcito o un autobús, enseguida aparecen los lemas: “nuestros hermanos”, “Cuba no está sola”. Pero ahora que ha sido excluida de la Cumbre, ¿cuántos países se autoexcluirán por “solidaridad”? ¿Cuántos levantarán la voz por su ausencia?

La verdad: estas cumbres no resuelven nada. Lo que sí dejan claro es que Cuba, Venezuela y Nicaragua no tienen apoyo real en América Latina. Solo respaldos puntuales, estratégicos, interesados.

Estos gobiernos abandonaron hace tiempo la decencia democrática. Aunque imperfecta, la democracia permite aspirar a una vida digna. Ellos, en cambio, condenan a sus pueblos a la miseria por ideología y ambición.

El pataleo victimista del régimen cubano ya empezó. Es su única arma frente al rechazo internacional. Y será así siempre: solo el ruido puede justificar lo injustificable.

¿Y Pedro Sánchez? ¿Dirá algo? ¿Emitirá algún comunicado? Se vende como defensor de la democracia europea, pero guarda silencio absoluto ante los abusos del gobierno cubano.

No tengo dudas: el gobierno dominicano cedió a presiones de EE.UU. Pero Cuba y sus peones se han ganado el rechazo del mundo entero.

El pueblo cubano, muy pronto, recibirá electricidad, gas y agua por la libreta. No lo merece. Posiblemente sea el pueblo más sacrificado del planeta. Y el mundo debe saberlo: esto no se puede aceptar. Es inaceptable.

La dictadura cubana subsiste sacrificando y adoctrinando a su gente en un mundo que ya no la tolera.

Esta es una primera respuesta. Veremos si Europa actúa en consecuencia.

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