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Por Luis Alberto Ramirez ()

El músico cubano Alain Pérez estrena este sábado en La Habana su nuevo disco, Bingo, nominado a los premios Grammy Latino.

El tipo se presentará en el Karl Marx, el mayor teatro de la capital cubana con unos 5.000 asientos, y su carta de presentación será un concierto para «el pueblo» donde Pérez combinará clásicos con temas de su nuevo disco, donde fusiona el son, la salsa y la timba.

Lo que no se sabe es si el artista cobrará las entradas en moneda nacional o en divisas; si como afirma, su concierto será para “el pueblo” debía cobrar en moneda nacional, pero lo dudo, porque ganaría más actuando en un club nocturno de la calle ocho, que todo lo que pueda recaudar en el Karl Marx en moneda nacional, sin embargo, no existe actividad de esa envergadura en Cuba que no sea autorizada por la dictadura.

Sin la participación activa del régimen y con la ausencia del público castrista no se dan conciertos ni obras de teatro en el Karl Marx; ese concierto será en solidaridad al régimen de la habana, de lo contrario, si en verdad fuera para el pueblo, lo diera en una plaza donde los cubanos puedan asistir sin la anuencia de la dictadura.

Este artista, como muchos otros, cuando actúan conscientemente en apoyo a la dictadura, es porque detrás o en el fondo algo buscan, y en este sentido me apoyo en sus palabras para sacar una conclusión especulativa de su reverencia a las autoridades cubanas y cito:

Quiero crear una productora, una discográfica y equipo propios, para “ponerlos en servicio de nuestra cultura y de los jóvenes que no tienen apoyo hoy día».

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