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EEUU despliega buque prisión en el Caribe que albergaría miembros del narco régimen de Maduro
Por Hiram Caballero ()
En una escalada de la presión sobre el Cártel de Los Soles, liderado por Nicolás Maduro, EEUU ordenó el despliegue del USNS Watkins (T-AKR-315), un buque de carga con un temible pasado que ahora se perfila como una potencial prisión flotante.
En el marco de una operación que involucra a miles de efectivos y una flotilla de guerra, y tras la oferta de $50 millones por Nicolás Maduro, este navío logístico podría ser la respuesta para la detención extrajudicial de miembros de alto perfil del gobierno venezolano.
Su controvertido historial, identificado por la organización de derechos humanos Reprieve por haber sido utilizado para mantener «prisioneros fantasma», establece un precedente alarmante y funcional para los objetivos de Washington en la región.
Las características del USNS Watkins lo convierten en una fortaleza móvil ideal para esta misión. Con una capacidad de carga superior a las 60 mil toneladas y casi 400 mil pies cuadrados de espacio, sus bodegas pueden ser rápidamente convertidas en un centro de detención masivo, aislado y fuera de cualquier jurisdicción terrestre.
Facilidades operacionales y legales
La cubierta de vuelo para helicópteros garantiza la capacidad de trasladar detenidos rápidamente desde cualquier punto de la costa, mientras su estatus como buque del Comando de Transporte Marítimo Militar, operado por civiles, le otorga una flexibilidad operativa que le permite actuar en una zona gris legal, lejos del escrutinio que enfrentaría una base militar convencional.
El uso del Watkins como centro de detención en alta mar sería la culminación de una estrategia de fuerza contundente, ya demostrada con el letal ataque aéreo del 2 de septiembre y el cerco naval impuesto sobre Venezuela.
Albergar a los capturados del «narco régimen» en este buque permitiría a Estados Unidos neutralizarlos de manera eficaz y discreta, controlando el flujo de información y evitando las complejidades legales del sistema de justicia estadounidense.
Esta movida no solo incapacitaría la cadena de mando de Maduro, sino que enviaría un mensaje inequívoco sobre la determinación de la administración Trump de desmantelar su gobierno por cualquier medio necesario.
