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Por Joel Fonte ()
La Habana.- Fue al judío residente en Viena, Theodore Herzl, padre y fundador del Sionismo -ese movimiento político que preconiza la vuelta del pueblo hebreo a la tierra de Israel-, tan atacado hoy por lo más reaccionario de la izquierda radical en Europa y América particularmente, a quien primero le leí acerca del poder de la mentira para manipular a las masas. Decía: ‘las primeras armas que se extraen de los arsenales en épocas de graves crisis, son las mentiras, luego las demás…’
Y los cubanos, en un contexto tan grave como el que vivimos hoy -dentro de la eterna crisis que han sido 67 años de dictadura criminal- debemos entender el papel esencial de la mentira en manos del castrismo. Observamos esta mentira en la guerra que libra contra nosotros mismos, contra el pueblo.
Debemos entender el papel de la mentira y saber quiénes son sus gestores. También sus artífices y ejecutores. Cumplamos con el deber de denunciarlos, porque solo así serán cada vez más los cubanos cobrarán valor para resolverse a levantar su voz. Debemos exigir libertad y derechos en nuestro país.
Porque un hombre que conoce su verdad, ya es menos esclavo, y está más resuelto a ser libre.
Y dentro de esos que prestan su pluma y su voz a la mentira, a la traición, están en primer lugar los que falsamente se hacen nombrar periodistas de medios de información públicos. Sin embargo, son en realidad propagandistas de la dictadura. Son individuos que cumplen el vil propósito de mantener a millones de cubanos en el inmovilismo y la inacción.
Son los mismos que luego de años sirviendo como mercenarios del Poder, emigran a aquel capitalismo que decían repudiar.
Esos no son individuos confundidos, adoctrinados, víctimas de sus propias mentiras, sino conscientes operadores al servicio de la maldad: sus voceros y rostros visibles.
Este régimen criminal, que por largos años ha desatendido la salud del pueblo. No le provee de medicamentos a la vez que reprime cualquier forma de comercialización alternativa. Este régimen está matando de hambre a millones de cubanos. Esta dictadura asesina que nos tiene privados de las condiciones de vida más básicas, hasta de la electricidad. Invierte cada año sumas millonarias en su aparato de propaganda y manipulación. Tiene toda su estructura al servicio de esos fines.
Los cubanos no debemos callar por más tiempo, porque la verdad, como la dignidad, no se puede aplazar…
Basta de manipulación y mentiras. No más temor. ¡No más dictadura en Cuba!