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Por Laritza Camacho ()
La Habana.- No quería hablar No porque de lo absurdo no se hable (estamos rodeados de absurdos), sino porque no quiero hacerle el juego a la publicidad que busca el señor Ferrante con sus palabras.
Él puede pensar y hablar cualquier cosa. Uno lo escucha y puede llevarse las manos a la cabeza, o simplemente darle la espalda al asunto.
Tampoco he dicho absolutamente nada sobre las exigencias que muchos hacen a Bebeshito de gritar consignas, de abogar por Cuba, por la libertad de los presos del 11J o cualquier otra cosa parecida, en sus conciertos.
Él no está obligado a hacerlo. Tal vez esté obligado a no hacerlo. No lo sé, pero respeto que haya decidido regalar canciones y ritmo a su público. En fin, cada cual a lo suyo.
No sé cuál fórmula usó el representante del cubano para compararlo con el gran Beny Moré o la inmensa Celia Cruz. Lo que me parece inconcebible, irrespetuoso y de una ignorancia proverbial, es que Bebeshito no haya declarado ya que no está de acuerdo con Ferrante.
No entiendo cómo el señorito Papote no ha ofrecido disculpas a su público. Que él calle ante tamaño disparate, es de una anticubanía peor que todo por lo que lo han criticado hasta ahora.
No es el género que cultiva, no es el público que arrastra, no es el tiempo que corre y sus nuevos códigos para decir o hacer arte, es el tributo a una raíz que nadie está autorizado a cercenar.
Celia Cruz podría virar de espaldas al escenario a todo el público de Bebeshito con solo decir ¡Azúcar! desde el fondo del estadio. Mientras Benny lo silenciaría de un plumazo con una invitación peculiar «elige tú que canto yo».
Y es hora de que elijas: pórtate como un hombre, que ya no eres un bebé. Eres un artista cubano…crece y respeta.