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La reputación de una prestigiosa organización está en juego

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Por Ulises Toirac

La Habana.- Lo de los masones es otro conflicto que aparentemente compete solo a los masones si no fuera porque las raíces del problema y el momento no fueran como son. En esencia, ellos removieron de su cargo al frente de la masonería a alguien que -además de sospecharse que está tutelado por el gobierno- se opone a la medida y acompañado de algunos seguidores y aprovechando la detención de quienes fueron elegidos para sustituirle, intenta una nueva reunión que le ampare ante la Organización.

No me sé los nombres y me da pereza buscarlos para hacer esta publicación más seria. Pero según he investigado, se trata de esto a muy grosso modo.

Por mucho que el Partido tenga un departamento que se ocupe de estos temas, tratar de inclinar la balanza -y por los peores métodos- dentro o alrededor de una organización religiosa o de hermandad, supera sus funciones. Hacerlo tan solo con el pétalo de una rosa, es injerencia.

Una hermandad de hombres cultos y patriotas

No voy a repetir lo que muchos dicen de la historia de la masonería. Nuestros más ilustres pensadores y patriotas fueron masones. Por ejemplo, la casi totalidad de los firmantes de la Declaración de la Independencia y de la Constitución de Estados Unidos, también. Es una hermandad de hombres cultos y patriotas donde se den.

Desde el punto de vista social, se inserta en una serie de «puntos de roce» en medio de una situación política y social muy complicada. Convertirlo directamente (más) en un enfrentamiento entre el partido (gobierno) y la Logia Cubana es inmaduro, peligroso e irresponsable.

Sector por sector y cada uno con una herida distinta (universitarios, masones…) son elementos que en su conjunto están dando señales claras de un proceso interno en el que hasta donde yo sé (y por favor, cuando digan «mercenario» quiero ver documentos y videos que lo prueben sin lugar a dudas) no tienen otro combustible que el propio estado de cosas en el país.

Tal y como dije de los estudiantes en su momento: dejen que libren su batalla y no polaricen el fenómeno. Nadie. De ningún punto cardinal. La reputación y la historia de una de las organizaciones más lindas de nuestra nación está en juego.

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